El presente documento ha sido elaborado por:
• Edith
Liberman, (AABM),
• José Luis
Moreno Campos, (AABM),
• Antonio
Fernández Montoya, (EHABE)
• Blanca
Peral, (AABM)
Han colaborado en la revisión y aprobación del texto
definitivo:
• Francisco
García Esteban, (AABM)
• Pablo Ortiz
Galindez, (EHABE)
• Anna
Brossa, (ACAB)
• Dominique
Ameteau, (ASOMAB)
• Elena
Guerrero Labrador, (AMAB)
Este documento ha sido posible gracias a Ana Ortega
Mateo, quien elaboró el documento base, y al apoyo de las diferentes
asociaciones de psicoterapeutas en Análisis Bioenergético legalmente
constituidas en el Estado Español y pertenecientes al International Institute
for Bioenergetic Analysis (IIBA).
• Associació
Catalana en l'Anàlisi Bioenergètica (ACAB) Barcelona
• Asociació
Mediterrània d’Anàlisi Bioenergètica (AMAB) Valencia
• Euskal
Herriko Analisi Bioenergetikako Elkartea (EHABE) Donostia/San Sebastián
• Asociación
de Análisis Bioenergético Madrid (AAMB) Madrid
• Sociedad
Madrileña de Análisis Bioenergético (ASOMAB) Madrid
Queremos agradecer especialmente, por su contribución
al contenido de este documento, a la Sociedad Suiza de Análisis Bioenergético y
Terapia, a la Sociedad Italiana de Análisis Bioenergético, a la Federación
Europea de Análisis Bioenergético, al Instituto Internacional de Análisis
Bioenergético y a todos los miembros del
Instituto internacional de Análisis Bioenergético que han dedicado
generosamente su tiempo y esfuerzo a la investigación y desarrollo de la teoría
en que se sustenta el Análisis Bioenergético.
Bilbao-Donostia,
Noviembre de 2021
Guía índice de la documentación presentada
1 [Contexto
Histórico y fundamentos del Análisis Bioenergético] pag 4
El Análisis Bioenergético es una psicoterapia
psicodinámica que tiene su origen en el psicoanálisis de Freud, enriquecido por
las aportaciones psicocorporales de Alexander Lowen, y que en los últimos años
ha incorporado las contribuciones de la teoría del apego, la teoría polivagal,
la investigación emergente de las neurociencias y los conocimientos más
recientes sobre los diferentes tipos de trauma y sus consecuencias.
2 [Investigación
en psicoterapia de análisis bioenergético. Práctica basada en la
evidencia] pag 17
Las psicoterapias psicodinámicas, en las que se
enmarca el Análisis Bioenergético, han demostrado su eficacia en numerosas
revisiones sistemáticas y meta-análisis. El Análisis Bioenergético pertenece
asimismo a las psicoterapias psicocorporales, que han demostrado también tener
un impacto relevante en patologías donde otras terapias no parecen efectivas.
La evidencia disponible muestra que el Análisis
Bioenergético es muy efectivo en trastornos psicosomáticos y trastorno de
personalidad narcisista, y es eficaz a largo plazo (de 6 meses a 6 años después
del tratamiento) en trastornos afectivos, trastornos de personalidad,
trastornos somatomorfos, trastornos ansiosos, alteraciones fóbicas, ansiedad
generalizada y trastornos de adaptación.
CONTEXTO HISTÓRICO Y FUNDAMENTOS DEL ANÁLISIS BIOENERGÉTICO
INTRODUCCIÓN
El Análisis Bioenergético surgió del
psicoanálisis, incorporando una perspectiva que el propio Sigmund Freud señaló
como necesaria. El psicoanálisis, iniciado por Freud (1856-1939), elaboró un
complejo enfoque teórico sobre el funcionamiento de la mente. Pero también
indicó que sin un complemento físico
la teoría psicoanalítica seguiría incompleta (Freud, 1893/2017).
El Análisis Bioenergético,
principalmente bajo la influencia de Wilhelm Reich (1897-1957) y Alexander
Lowen (1910-2008), creó esa visión de la persona completa, cuerpo y mente.
Wilhelm Reich se dedicó a desarrollar este complemento físico de la teoría psicoanalítica
incluyendo no solo los contenidos mentales, sino también los corporales y de
comportamiento (Shapiro, 1989).
En concreto, Reich (1933/1971) investigó
la compleja relación entre la organización
de la personalidad y la organización somática, e incorporó a la
psicoterapia la idea de “unidad
psicosomática” o “funcionamiento unificado de la persona”. Postuló que las
experiencias humanas que crean los patrones para funcionar en la vida y en la
sociedad no solo se configuran en el cerebro sino también en el cuerpo: en la
postura, en patrones de reacción y también en inhibiciones de la motilidad,
respiración y expresión. Llamó “estructura de carácter” al sistema de
mecanismos psicosomáticos creados en la infancia, en el marco de la crianza y
la educación, para adaptarse a la realidad social. Estos mecanismos actúan
simultáneamente en el cuerpo y la mente para retener los impulsos agresivos,
tiernos y sexuales que no pueden actuarse directamente en las interacciones con
los otros. Denominó “coraza caracterial” a los patrones de tensión muscular
crónica que identificó como correlatos somáticos de los mecanismos psíquicos.
Estos mecanismos psíquicos y somáticos cumplen esa función de retener la
actuación de los impulsos y de las emociones en general.
El carácter, por tanto, es un aspecto de
la psique que protege a la persona de la actuación directa en la realidad de
los estímulos internos y externos y se correlaciona con los patrones de tensión
muscular aprendidos en la infancia para regular tanto la expresión de las
emociones como el impulso sexual.
En el trabajo de Reich, el concepto de unidad psicosomática tiene un
significado específico con implicaciones clínicas y técnicas. Esto supone tomar
en cuenta los patrones de excitación y tensión que son expresiones no verbales
de emociones y movimientos involuntarios de regulación afectiva (Schore, 1994;
Rizzutto et al., 2004).
El trabajo de Reich abrió la posibilidad
de trabajar dichos patrones de inhibición cuando resultan deficitarios o
inadecuados para el funcionamiento de los sujetos. Mediante la observación de
la estructura de la coraza muscular del carácter y la actuación directa sobre
ella, buscó relajar y disolver las tensiones y crear otros mecanismos de
regulación más eficaces en el entorno psicoterapéutico.
Alexander Lowen (1958) trabajó
posteriormente para integrar todas estas innovaciones introduciendo importantes
formulaciones conceptuales:
• El sí-mismo (la identidad) es definido como
un continuo psicocorporal que incluye
- la
dimensión corporal: sensaciones, emociones, organización del aparato motor –
postura y movilidad–, y
-
la dimensión mental: la percepción interna de la
dimensión corporal, la percepción del mundo externo, la representación de sí
mismo, de sí mismo en relación con los otros, y la representación del mundo
externo junto a la autovaloración.
• Reafirmó
la identidad funcional psicosomática y
estableció la doble regulación en la inhibición de la expresión emocional:
por un lado, a nivel psíquico –rechazo de las representaciones psíquicas
inaceptables– y por otro, a nivel somático-contracción muscular (Lowen, 1958,
1965, 1968 y 1985).
El objetivo
terapéutico se centraría en integrar aspectos frecuentemente antitéticos de
cuerpo y psique para ajustar a la realidad actual del sujeto la
autopercepción, la autoestima, la autoimagen y los patrones básicos de
intercambio con el entorno, así como para obtener placer y plenitud sexual.
ANÁLISIS BIOENERGÉTICO CONTEMPORÁNEO: FUNDAMENTOS
El Análisis Bioenergético contemporáneo
se ha desarrollado incorporando la investigación psicológica y neurocientífica
emergente. Estas incorporaciones han dado lugar a un nuevo enfoque
interdisciplinario de la psicoterapia basado en nuevos conceptos.
Una integración de las teorías
neuropsicológicas emergentes tales como la
teoría del apego (Main y Hesse, 2000; Schore, 2008 y Tronick, 2007) y sus consecuencias neurobiológicas y
psicopatológicas, la teoría
polivagal (Porges, 2009a), los
conocimientos más recientes sobre los diferentes tipos de de trauma y sus
consecuencias (Van der Kolk, 1996; Levine, 1997; Schore, 2002 y Ogden,
2006)
y los patrones de acción fija
neurológica (Llinas, 2001) constituyen la base de las nuevas intervenciones
clínicas.
Los psicoterapeutas de Análisis
Bioenergético están incorporando toda la abundante información relacionada con
la mente, el cerebro, las emociones y el cuerpo, y aplican estos nuevos
conocimientos a su práctica.
Esto sucede, por ejemplo, con la
inclusión del modelo somático del trauma, en el que los encuentros cara a cara
permiten el procesamiento de profundas sensaciones viscerales, emociones y
sentimientos, para generar las asociaciones con los recuerdos de la situación
traumática. La disociación es la consecuencia de almacenar, en circuitos de
memoria desconectados entre sí, los aspectos emocionales y las representaciones
de imágenes y palabras de dichas situaciones. Su asociación necesita de la
recuperación de las sensaciones y emociones en el entorno terapéutico para
ligarlas con las memorias de imagen y palabra, con el fin de localizarlas,
procesarlas y evitar su irrupción en la vida cotidiana.
El conocimiento del sistema nervioso polivagal (Porges, 2009 b) proporciona un marco
teórico de orientación para una relación terapéutica intersubjetiva encaminada
al procesamiento hemisférico derecho del trauma.
Esta integración de nuevas orientaciones incluye:
• el rol central de la
relación interpersonal en el proceso de psicoterapia;
•
la comprensión de que los procesos somáticos y no verbales son de vital
importancia para el procesamiento de las primeras cuestiones del
desarrollo;
•
una conciencia de la profunda importancia de los
primeros tres años de la vida de un niño en el desarrollo del cerebro y en el establecimiento de un patrón de apego
seguro;
•
una comprensión de que el trauma relacional temprano no sólo es gravemente perjudicial para
el sentido del sí-mismo, sino también para la forma y la motilidad del cuerpo
de una persona, y
•
la comprensión de que una psicoterapia adecuada
tiene que proporcionar un sostén
relacional sólido, así como una recuperación
del sí-mismo corporal y psíquico.
ANÁLISIS BIOENERGÉTICO CONTEMPORÁNEO: PARADIGMAS
Para desarrollar con más detenimiento
los conceptos anteriores, presentamos a continuación una exposición basada
esencialmente en la publicación del Dr. Guy Tonella sobre los Paradigmas del Análisis Bioenergético al
alba del siglo XXI (Tonella, 2008).
EL SÍ-MISMO,
UNA CONTINUIDAD PSICOCORPORAL
El sí-mismo como interfaz
El Análisis Bioenergético incorpora las
investigaciones más recientes sobre la construcción del sí-mismo como un
interfaz entre lo biológico y lo social. Se construye en la encrucijada de los
procesos biológicos que lo sustentan y de los procesos interpersonales que le
dan subjetividad. Es el lugar de convergencia entre los fenómenos instintivos y
los socioculturales. El cuerpo propio es la primera realidad objetiva y luego
subjetiva del sí-mismo, y la base de su desarrollo.
En una primera etapa el sí-mismo se
construye sobre la interocepción o identificación del estado interno del
cuerpo. La interocepción es distinta del tratamiento de la información
sensorial que llega del exterior (no-self)
a través de los sentidos y es el eje aferente del control fisiológico interno
(autonómico y hormonal). Sin embargo, hoy en día se ha demostrado que el
impacto de la interocepción se extiende más allá de los reflejos
homeostáticos/alostáticos en interacción con los comportamientos afectivos, los
sentimientos, la cognición social, la motivación y la autoconciencia.
Por ejemplo, la regulación del sueño en
el lactante se somete inmediatamente por una parte a sus mecanismos
hereditarios neurobiológicos, y por otra parte a las normas sociales subjetivas
de sus padres. Lo mismo ocurre con la regulación de su alimentación y su
expresión física y emocional en las distintas interacciones (contactos,
cuidados, juegos, etc.).
Blake y sus colaboradores (2002) han
puesto de manifiesto que las primeras modelizaciones sociales modifican los
procesos neurobiológicos somáticos causando cambios estructurales y funcionales
al nivel de las conexiones entre neuronas. Concretamente, las experiencias
emocionales modifican las células del hipocampo, las más sensibles a las
mismas, y mejoran la eficacia de las sinapsis. Por otra parte, las vivencias de
apego modifican los circuitos límbicofrontales, implicados en la modelización
de la "sensibilidad".
Las funciones del sí-mismo
El sí-mismo se define como un conjunto
funcional resultado de la integración de cinco
funciones: la función energética, la
función sensorial, la función motriz, la función emocional y la función de
percepción/representación. Cada función del sí-mismo apoya la siguiente y se
apoya en la anterior. Las variaciones que se produzcan en cualquiera de las
funciones del sí-mismo causan variaciones en el conjunto de las demás, a modo de
una ola que se desplaza.
La
función energética es la sede de las variaciones cuantitativas de la
excitación, que estimulan la vitalidad y la motilidad del sí-mismo bajo formas
pulsátiles y vibratorias. La modulación de los flujos de excitación produce
fenómenos de activación/desactivación. Son regulados por las necesidades
biológicas y modelados por el entorno familiar.
La
función sensorial, por sus manifestaciones cualitativas, desempeña el papel
de conciencia primitiva del sí-mismo. Su expresión es controlada y modelada por
el entorno familiar: por ejemplo, el binomio elemental dolor/placer se somete
inmediatamente a un conjunto de normas de expresión,
aprobadoras/desaprobadoras.
La
función motora es doble: a través de los ajustes de la tonicidad postural,
ofrece la sensación de "envoltura tónica" o "frontera"
consciente del sí-mismo; a través de los ajustes de su tono muscular, desempeña
el papel de disparador del sí-mismo para la acción y la expresión.
La
función emocional cumple una función incluso previa al procesamiento de la
información cognitiva para la acción rápida, así como un papel de expresión y
de comunicación subjetiva con el entorno social. Su regulación es una de las
habilidades esenciales que ha de adquirir el sujeto.
La
función de representación, por su sistema de imágenes y señales
lingüísticas, da un significado a las experiencias energéticas, sensoriales,
motrices y emocionales, las codifica, las simboliza y las vuelve comunicables
verbalmente. Garantiza la capacidad del sí-mismo para reflexionar sobre él
mismo y sobre el mundo.
Cada una de estas funciones participa en
la conciencia del sí-mismo, desde el nivel más elemental (la sensación vital de
existir físicamente) hasta el nivel más complejo (capacidad reflexiva). Sin
embargo, la integración del sí-mismo depende de los enlaces que se construyen
entre estas funciones.
Los enlaces entre las funciones del sí-mismo
La primera mitad del siglo XX abrió una
extensa investigación que permitió precisar cómo se lleva a cabo la relación
entre las diferentes funciones del sí-mismo: Lowen profundizó sobre el enlace
sensación/energía, Piaget sobre el enlace sensación/motricidad, Reich y Wallon
acerca del enlace emoción/motricidad, y Freud en la relación
afecto/representación.
Los
enlaces energético-sensoriales se manifiestan por cómo afectan a los
estados de vitalidad, y esta fue la contribución teórica y metodológica
fundamental de Lowen (1975) durante el siglo XX. Se centró en la motilidad del
sí-mismo: la circulación de la excitación que activa el despertar sensorial.
Los
enlaces sensoriomotrices se manifiestan, como lo mostró Piaget (1936), por
la construcción de esquemas sensoriomotores. Numerosas intervenciones
psicocorporales, propuestas por Lowen (2003), dan lugar a la construcción de
nuevos patrones sensoriomotores que favorecen la afirmación del sí-mismo
mediante una acción controlada y coordinada.
Los
enlaces entre emoción y motricidad se manifiestan por patrones posturales y
comportamentales, como lo mostraron al mismo tiempo Reich (1933) y Wallon
(1934), el primero en el adulto y el segundo en el niño. Lowen (2003)
desarrolló también intervenciones psicocorporales que favorecían la expresividad
del sí-mismo, en particular a través del movimiento y la expresión emocional.
Los enlaces entre
emoción y representación (o entre afecto y representación), teorizados por
Freud desde 1915 (2017), se manifiestan por representaciones cognitivas
(cercanas a la conciencia) y por representaciones fantaseadas. Ambas coexisten,
consciente o inconscientemente, y constituyen el contenido del pensamiento,
siendo el objeto del proceso analítico verbal en la psicoterapia.
Será el Yo, progresivamente y desde los
2 años, quien integre y regule estos enlaces entre las distintas funciones del
sí-mismo: adaptación, sexualidad y apego.
LA FUNCIÓN
ADAPTATIVA Y SUS PATRONES
El sí-mismo tiene la necesidad
constante, a lo largo de la vida, de adaptarse a la realidad exterior y a sus
cambios. Se apoya para ello en los instintos de autoconservación como lo
destacaron Freud (1915/2017) y luego Lowen (1975). Estos instintos, expresión
neurobiológica de la herencia genética, se convierten en la fuente de
adaptación del sí-mismo al entrar en contacto con el entorno familiar y social.
La función adaptativa tiene el cometido
de mantener al sí-mismo en un estado de vitalidad homeostática y en un estado
de consciencia perceptiva (de sí mismo y del medio ambiente). Se organiza
progresivamente en patrones adaptativos:
Los
patrones somatosensoriales organizan y controlan los patrones de
vigilia/sueño, activación/desactivación, placer/dolor, actividad/pasividad,
expresión/inhibición, así como varias otras configuraciones de la expresión
vital. Se modelan bajo la influencia del medio familiar. Se codifican
esencialmente en la memoria
procedimental, pero pueden recuperarse en el contexto terapéutico cuando se
hace hincapié en los procedimientos corporales utilizados, como en el trabajo
sobre la respiración o sobre el despertar sensorial. Estos patrones garantizan la
permanencia regulada de la existencia y la vitalidad del sí-mismo.
Los
patrones sensoriomotores se construyen a partir de los esquemas
sensoriomotores habituales y organizan la motricidad del sí-mismo. Son
moldeados muy tempranamente por la afectividad y pasan a ser, según la
expresión de Bowlby (1988), Modelos
Operativos Internos (MOI) organizando los comportamientos de apego e
interacción. Estos MOI se codifican en las memorias
procedimental y episódica y pueden recuperarse en contextos terapéuticos
que facilitan su evocación. Cuanto más pre-simbólico es el MOI, más requiere de
un contexto próximo al contexto de codificación para ser recuperado. Los
Modelos Operativos Internos (MOI) garantizan la permanencia regulada de la
interacción.
Los
patrones posturales-tónico-emocionales se construyen a partir de los
intercambios expresivos interpersonales y organizan la expresión del sí-mismo.
Para Wallon (1934), tienen un valor socializante ya que comunican al entorno
las experiencias emocionales del sí-mismo.
Para Reich (1933), tienen una función biológica: expresan
el placer/displacer de naturaleza pulsional/sexual. Finalmente, para Ainsworth
(1978), apoyan una función comportamental que se manifiesta por "patrones
de apego" seguro/inseguro.
Los
patrones cognitivos se construyen a partir de las imágenes perceptivas del
sí-mismo y del mundo circundante, físico y humano. Implican procesos de
pensamiento y procesos emocionales que favorecen la adaptación al entorno.
Estos distintos patrones son adaptativos
porque activan sin cesar, de manera regulada y homeostática, la motilidad, la
motricidad, la expresividad y la reflexión, dando soporte a lo que Damasio
(1999) llama "la sensación de sí-mismo".
LA FUNCIÓN
SEXUAL Y SUS PATRONES
Recordaremos de manera muy breve que
Freud, Reich y después Lowen se refieren a la función sexual en términos de
pulsiones orales, anales, fálicas y genitales infantiles y luego adultas.
Tras Reich, Lowen (1958) mostró cómo
operaba cada tipo de pulsión a nivel corporal: su dinámica energética en una
zona corporal específica convirtiéndola en "zona erógena".
Es importante recordar que, en el niño,
la activación de las zonas erógenas está muy vinculada a las interacciones
madre-bebé, por lo tanto, a la relación de apego mutuo. Un defecto o un exceso
de erogenización del cuerpo del niño tiene consecuencias directas sobre la
organización de su sexualidad presente y futura. Desde este punto de vista, la
experiencia de apego durante la infancia determina los patrones sexuales
adultos. Si la experiencia de apego no ha sido segura en la infancia, la
experiencia terapéutica de apego seguro puede tener una incidencia directa o
indirecta sobre la transformación de los patrones sexuales adultos.
LA FUNCIÓN DE
APEGO Y SUS PATRONES
Bowlby enunció en 1969 su teoría del
apego. El Análisis Bioenergético contemporáneo se enriqueció de esta
perspectiva reconociendo que el instinto
de apego está presente y organiza estructuras desde el principio de la vida.
La segunda mitad del siglo XX abrió los
extensos trabajos que elaboraron los vínculos de apego e interacción esenciales
para la construcción del sí-mismo. Si Donald W. Winnicott (1962) y Margaret
Mahler (2018) fueron precursores, citemos los primeros teóricos del apego:
Bowlby, Ainsworth, Main, así como los trabajos de Wolf, Emde, Anders, Sander, y
Stern, que contribuyeron a poner de manifiesto que el sí-mismo, como identidad
subjetiva en construcción, se forma a partir del vínculo y que este vínculo es
obra de los dos interlocutores, de su apego mutuo y de su interactividad. Esto
puede aplicarse en la construcción de los vínculos madre bebé, y también en la
construcción de los vínculos terapeuta-paciente.
UN MODELO
METODOLÓGICO PARA EL TRAUMA
Además del modelo del análisis
caracterial reservado a las problemáticas neuróticas, tenemos hoy en Análisis
Bioenergético modelos de comprensión y prácticas terapéuticas relativas al
trauma.
En primer lugar, cabe mencionar que los
individuos traumatizados recuerdan los eventos traumáticos como experiencias
somatosensoriales más que narrativas (Van der Kolk, 1996).
Modelos terapéuticos relativos al trauma
Dentro del modelo del Análisis
Bioenergético, Bob Lewis, con su concepto de "shock cefálico",
propone una comprensión del trauma de desarrollo (1976, 1984, 1986, 1998) que
se origina en un funcionamiento maternal no empático y disonante tanto en el
sostén como en el manejo del bebé (1984). La acumulación de estos estados de
shock repetidos constituye la experiencia traumática:
– el lactante desarrolla fuertes tensiones
musculares en la nuca y en la base del cráneo, de manera que la percepción del
cuerpo se disocia de la mente; y,
– al tener que paliar los efectos de la
interacción con una madre inadecuada, el lactante sostiene prematuramente la
cabeza por sí mismo, desarrollando, también prematuramente, un estado de
vigilancia y de activación mental.
El sí-mismo se construye así a partir de
un núcleo mental disociado de las experiencias sensoriales y emocionales, es un
sí-mismo localizado en el pensamiento
y disociado del cuerpo. Este niño, una vez convertido en adulto, vivirá a
través de sus procesos mentales careciendo de información sensorial y
emocional. El proceso terapéutico tiene por objeto entonces establecer una
relación de apego terapéutica segura que permita al paciente aflojar las
tensiones que sostienen la disociación, atravesar las angustias primitivas y
construir un sí-mismo seguro.
David Berceli (2003), también analista
bioenergético, desarrolló un enfoque para trabajar con grandes grupos a partir
de su experiencia con poblaciones traumatizadas por las guerras, las masacres,
las violaciones y los atentados, adquirida en misiones que le han sido
confiadas por distintos gobiernos como los de Estados Unidos, China, Alemania,
y otras instituciones.
El abordaje corporal del trauma: metodología
psicocorporal
Todos los autores citados ponen el
acento sobre tres aspectos que deben ser abordados para intervenir en el
trauma: 1) la excesiva activación movilizada por la situación traumática que no
pudo liberarse, ni metabolizarse, 2) los patrones somato-sensoriales y
tónico-emocionales habituales, que han dejado de funcionar adecuadamente, y 3)
las representaciones de la situación traumática que se han fragmentado.
La metodología utilizada para ello se basa en:
1)
La dosificación de la intensidad de las intervenciones
para evitar la re-traumatización;
2)
La reactivación sensorial y emocional dentro de los
márgenes de la “ventana de tolerancia” (Siegel, 1999), para la recuperación de
la información sensorial y la regulación emocional perdidas;
3)
La recuperación de la función de contención que evite
las disrupciones emocionales, en particular el miedo y la ira, y
4)
La creación o reactivación de defensas más eficientes
que la disociación estructural.
Esta metodología de trabajo del trauma,
incorporada al Análisis Bioenergético, resulta hoy una herramienta terapéutica
indispensable para el tratamiento tanto de los traumas de desarrollo como de
los traumas factuales.
UN MODELO CLÍNICO PARA LA INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA EN ANÁLISIS BIOENERGÉTICO:
LA RELACIÓN
INTERSUBJETIVA
El entonamiento intersubjetivo
En 1985, Stern puso de relieve la
relación de "entonamiento" entre la madre y su hijo. Este
entonamiento regula y controla los estados subjetivos del niño, y le permite
entender que su madre tiene una mente diferente de la suya. Fonagy (2000) ha
aplicado esta dimensión intersubjetiva en el campo terapéutico. Es el sí-mismo
del terapeuta, conteniendo, experimentando, pensando y expresándose
subjetivamente, lo que es terapéutico y lo que el paciente interioriza.
El terapeuta empático experimenta y se
imagina los estados internos de su paciente y se lo transmite en sus respuestas
no verbales y verbales. Gracias a este “entonamiento”, el paciente desarrolla
sus capacidades para experimentar, contener y elaborar sus propios estados
subjetivos.
La empatía somatosensorial
Schore (2001), mediante imágenes
cerebrales, ha puesto de manifiesto que la regulación somatosensorial y
emocional del niño por su madre se organiza a partir de un sistema de
comunicación corporal que se registra en el intercambio directo e inconsciente de
cerebro derecho a cerebro derecho.
Schore extiende este descubrimiento a la
relación terapeuta-paciente, organizada en torno a las señales
somatosensoriales emitidas por el paciente, señales que el terapeuta empático
interpreta a partir de su propio sistema somatosensorial, y a las cuales
responde con una intervención ajustada. En pacientes esquizofrénicos se ha
podido demostrar que su angustia psicótica estaba basada en la ausencia de
patrones somatosensoriales que les asegurasen una existencia física separada
(Tonella et al., 1989 y Tonella, 2006).
Todos estos descubrimientos forman parte
del marco de referencia teórico-práctico del Análisis Bioenergético,
constituyendo elementos fundamentales en la formación y la práctica.
Los criterios de competencia de un
psicoterapeuta
Ainsworth (1978 y 1979) describió los
criterios de competencia de la madre para que pueda ofrecer a su hijo un apego
seguro. Su trabajo es confirmado por las investigaciones actuales en
neurobiología del apego y son estos mismos criterios los que califican a un
psicoterapeuta en la práctica del Análisis Bioenergético:
–
el desarrollo de
la autoseguridad del paciente requiere tres criterios de competencia del
terapeuta: 1) un terapeuta vinculado a su paciente de manera no impaciente; 2)
un terapeuta disponible a las señales del paciente; 3) un terapeuta que le
responde de manera adecuada;
–
el desarrollo de
la autoconfianza supone una díada terapeuta-paciente en la cual las mismas
causas producen las mismas consecuencias, de tal modo que las características
de constancia y permanencia organicen las relaciones de intercambio;
–
el desarrollo del
autoaprecio requiere la confirmación del paciente por el terapeuta de que
sus nuevas posibilidades de acción, expresión, apego e interacción tienen
valor. Esto favorece su asimilación y reproducción. El adulto afectado por un
vínculo de apego inseguro oculta un niño pequeño que espera aún esa valoración
para poder confiar en su propia existencia y valor (autoestima).
Las necesidades “imprescriptibles” (que
no prescriben) datan de un tiempo en que, como ha dicho Winnicott (1962),
"el amor no se puede mostrar más que en términos de cuidados
corporales".
Varios autores del Análisis
Bioenergético han destacado la importancia del vínculo intersubjetivo,
explorándolo bajo distintos ángulos: Lewis (1976, 1986 y 1998), Hilton (1988 y
1989), Campbell (1991 y 1995), Eckberg (1999), Finlay (1999 y 2001), Heinrich
(1999), Tonella (2000), Resneck-Sannes (2002) y Doess (2004). Gracias a todos
ellos, el vínculo intersubjetivo se considera un elemento terapéutico central
en nuestro modelo de intervención.
UN MODELO CLÍNICO GENERALIZADO
Reuniendo los distintos aspectos
desarrollados y los modelos anteriormente enunciados alcanzamos una visión
global de la teoría y la práctica del Análisis Bioenergético.
Un modelo teórico
Este modelo da una imagen de la vida del sí-mismo:
– orientada
hacia la adaptación,
– orientada
hacia la relación interpersonal basada en los patrones de apego, y – orientada
hacia la sexualidad o su sublimación.
Cada una de estas actividades del
sí-mismo se organiza desde el principio de la vida en patrones que estructuran
y dan permanencia, susceptibles de evolución según las circunstancias de la
vida, de la cual la psicoterapia forma parte.
Un modelo sobre el desarrollo
El desarrollo del sí-mismo, en sus
adaptaciones, su sexualidad y sus apegos, puede describirse según cuatro fases:
– Fase oral
de apego simbiótico
– Fase
intermedia de apego individualizado – Fase genital infantil de apego recíproco
– Fase adolescente de apego independiente.
Un modelo metodológico
Este modelo puede tener la ventaja de
clarificar la estrategia terapéutica específica para cada paciente:
–
centrándose en el vínculo de apego seguro cuando el
patrón de apego inseguro funciona como estructura nuclear (desasosiego, terror,
parálisis);
–
centrándose en la función adaptativa cuando la
vitalidad del sí-mismo es deficitaria;
–
centrándose en la función sexual y la resolución de los
conflictos sexuales cuando éstos inhiben la vitalidad y la expresividad del
sí-mismo, y
–
centrándose en la recuperación del conjunto de los
patrones del sí-mismo cuando el trauma los ha dañado o destruido.
Un proceso terapéutico implica
obviamente al conjunto del sí-mismo, pero se puede afirmar que algunas personas
no pueden trabajar sobre sí mismas sin antes haber construido un vínculo
terapéutico suficientemente seguro, y eso toma tiempo. Se puede afirmar también
que algunos conflictos sexuales no son más que la expresión de un patrón de
apego inseguro y que la evolución del patrón de apego vivenciado en terapia es
susceptible de poder solucionar en parte la problemática sexual.
Un modelo relacional
Nuestro modelo relacional se caracteriza por la
intersubjetividad, es decir, por la interactividad entre terapeuta y paciente.
El proceso terapéutico es una interacción entre estas dos personas, y varios
sistemas de comunicación interactiva participan en ello.
Cada uno de estos sistemas facilita aspectos específicos:
– el
contacto interpersonal entre dos sí-mismos subjetivos;
– el
acceso a información de naturaleza diferente (sensorial, emocional, tónica,
cognitiva...); – la activación de memorias diferentes, conteniendo esta
información (procesal, episódica, semántica);
– la
regulación del sí-mismo que es a la vez autorregulación y regulación
interpersonal, y
– la
elaboración de estos estados subjetivos para que tomen un sentido y enriquezcan
al sí-mismo.
En conclusión, de esta exposición
metodológica, cabe afirmar que el modelo del Análisis Bioenergético no solo
añade una dimensión corporal y conceptual a la teoría psicoanalítica freudiana,
creando así una psicoterapia enfocada al funcionamiento unificado de la persona,
sino que ha incorporado además a su acervo teórico los más recientes
desarrollos de la psicología y la neurociencia.
En cuanto a la práctica de este modelo,
el Análisis Bioenergético ha aportado técnicas y protocolos de intervención
sistemáticos y a la vez personalizables según la estructura y las necesidades
de cada sujeto.
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INVESTIGACIÓN EN PSICOTERAPIA DE ANÁLISIS BIOENERGÉTICO
Práctica basada en la evidencia
ÍNDICE
1. Resumen: Introducción, Objetivos, Metodología y principales Resultados de la valoración de la evidencia
2.
¿Qué es la psicoterapia de Análisis Bioenergético?
3.
Bases científicas de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético
3.1 Análisis
de evidencia del enfoque psicodinámico
3.2 Análisis
de evidencia del enfoque psicocorporal
4.
Evidencia científica de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético
4.1 Estudios
cuantitativos
4.2 Estudios
cualitativos
5.
Análisis crítico de la evidencia
6.
Conclusiones
Referencias
INVESTIGACIÓN EN PSICOTERAPIA DE ANÁLISIS BIOENERGÉTICO
Práctica basada en la evidencia
1. RESUMEN: OBJETIVOS, METODOLOGÍA Y PRINCIPALES
RESULTADOS DE LA VALORACIÓN DE LA
EVIDENCIA
Introducción
En los últimos años se ha incrementado la demanda de
desarrollar iniciativas de investigación en el campo de la psicoterapia basada
en el Análisis Bioenergético (AB) tanto desde promotores internos como
externos. La investigación continúa ayudando a todos los profesionales de la
salud a pensar críticamente acerca de las diferentes intervenciones clínicas
para que podamos evitar perdernos en conceptos teóricos e ideas subjetivas sin
apoyo empírico. La psicoterapia en general, y la psicoterapia de Análisis Bioenergético
en particular, deben estar sustentadas por un análisis crítico basado en la
evidencia dentro del sistema de salud. Reconocemos y valoramos la importancia
de la supervisión clínica para refinar y validar las intervenciones dentro de
la psicoterapia de Análisis Bioenergético, y ofrecemos este trabajo con el
espíritu de mantener una discusión continua entre investigadores y
psicoterapeutas sobre el valor de desarrollar enfoques específicos para
pacientes específicos con problemas psiquiátricos y psicológicos específicos, y
también apoyamos el énfasis actual en la medicina personalizada.
Objetivos
Por ello, este documento tiene como objetivo valorar la evidencia publicada sobre la aplicación de la
psicoterapia de AB para el tratamiento de diferentes problemas
psicológicos.
Metodología
Para llevar a cabo dicha valoración se realizó una búsqueda
bibliográfica dirigida a “Psychotherapy” y “Bioenergetic analysis” utilizando
el operador booleano 'AND'. Las bases de datos buscadas incluyeron PubMed,
PsycINFO y Psychology Database. Se incluyeron los estudios randomizados,
estudios observacionales y series de casos y se excluyeron los estudios basados
en metodología poco sólida o estudios narrativos. Los estudios seleccionados se
clasificaron teniendo en cuenta los niveles de calidad de la evidencia Oxford
(CEBM).
Resultados
Los
resultados de los estudios analizados en este documento –debidamente
referenciados en el texto y en la sección de Referencias–, muestran que la
psicoterapia de Análisis Bioenergético:
•
Se apoya en unas bases metodológicas (psicoterapia psicodinámica y psicoterapia corporal) con un nivel de evidencia (1a) demostrado en
diferentes metaanálisis y ensayos aleatorizados.
•
Los resultados de los ensayos controlados que incorporan las técnicas de Análisis
Bioenergético han demostrado que estas prácticas psicocorporales
implementadas a corto plazo (6 semanas o 24 sesiones):
- Mejoran
los síntomas de somatización, inseguridad social, depresión, ansiedad y
hostilidad en la terapia hospitalaria de sujetos con trastornos somatoformes
crónicos (evidencia 1b)
- Mejoran
significativamente el autoconcepto y la valoración de imagen corporal en
pacientes poliadictos frente a la psicoterapia (verbal) (evidencia 1b)
- Mejoran
los marcadores biológicos de estrés, funcionamiento pulmonar y cardíaco,
movilidad articular y bienestar psicológico en pacientes sanos (evidencia 1b)
•
En la práctica clínica ha demostrado ser muy efectiva en trastornos
psicosomáticos, neurosis depresiva, neurosis de ansiedad y trastorno de
personalidad narcisista (evidencia 2b) y su efectividad aumenta en los
trastornos más graves (evidencia 2b)
•
Es eficaz
a largo plazo (de 6 meses a 6 años después del tratamiento) en trastornos
afectivos, alteraciones de la personalidad, trastornos somatoformes,
incapacidad para soportar la presión, alteraciones fóbicas, ansiedad
generalizada o trastornos ansiosos sin estímulo definido, trastornos de
adaptación, trastornos de ejecución o depresión de larga duración (evidencia
2b)
•
La psicoterapia de Análisis Bioenergético mejora
las dimensiones física y cognitiva, y la calidad de vida de los pacientes
tratados (evidencia 2b).
•
La efectividad de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético aumenta con el tiempo de
tratamiento (evidencia 2b)
•
La efectividad con el tratamiento asociada a la creación de nuevos insights por parte del paciente resulta independiente del
diagnóstico (evidencia 2b)
•
Se demostraron asociaciones significativas entre
el grado de experiencia profesional
de los terapeutas, la carga psicológica
inicial del paciente y la respuesta al tratamiento con psicoterapia de
Análisis Bioenergético (evidencia 2b).
•
El nivel
de efectividad (valorado con diferentes escalas BAI, BDI, SCL-90-R, IIP-D,
BSI-GSI, BDI-II, y OQ-45.2) es semejante
al de otras psicoterapias (evidencia 2b)
•
Alto índice
de satisfacción con la psicoterapia de Análisis Bioenergético y una clara
mejoría sintomática (evidencia 2b).
Conclusión
De todos los estudios analizados podemos concluir que la
psicoterapia de Análisis Bioenergético ha demostrado ser efectiva para el
tratamiento de diferentes patologías psicológicas y puede ser particularmente
útil para algunas patologías donde otras terapias tradicionales no parecen ser
efectivas, sobre todo en aquellas con clara implicación somática (síndromes
somatoformes) o que se producen en etapas tempranas del desarrollo y están
registradas en el sujeto sin correlato semántico.
2. ¿QUÉ ES LA PSICOTERAPIA DE ANÁLISIS
BIOENERGÉTICO?
La psicoterapia de Análisis
Bioenergético (AB) es una psicoterapia
psicodinámica que trabaja con fenómenos somáticos (corporales), psíquicos,
emocionales e interpersonales como parte de un todo unitario. Los terapeutas
que trabajan con este enfoque se basan en la metodología de la psicoterapia psicodinámica como
estructura básica y disponen además de un repertorio de técnicas que les
permiten realizar intervenciones en cada una de estas dimensiones: cuerpo,
mente y relación. Estas intervenciones se realizan con una comprensión muy
completa de la organización del cuerpo (incluyendo la anatomía, la fisiología y
la morfología) y de los procesos psicológicos (la formación y estructura de la
personalidad, el carácter, la emoción, la regulación afectiva, la representación
y la cognición) y basándose en las teorías más actuales respecto a la formación
del “self” y de la relación.
La psicoterapia de Análisis
Bioenergético, es un método
psicoterapéutico de validez
científica reconocida a nivel europeo (por la EAP –European Association for
Psychotherapy– y la EABP –European Association for Body Psychotherapy–
véase el anexo 1), que aúna un trabajo
terapéutico analítico, corporal y relacional. En la psicoterapia basada en
el Análisis Bioenergético, el proceso de cambio opera en la intersección entre
dos vectores que se influencian mutuamente: por un lado, el vector
intrapersonal (interacción mente-cuerpo: abordaje psicocorporal) y por otro el
vector interpersonal (relación con los otros: abordaje psicodinámico). El
paciente es tratado desde una comprensión de su funcionamiento psicosomático,
considerando la interacción entre factores somáticos tales como, por ejemplo,
la respiración con la regulación de la emoción o el estrés (psíquico) y sus
consecuencias sobre los estados de vitalidad (p. ej., depresión) que afectan a
todos los procesos psicológicos y relacionales. La autoconciencia somática, la
experiencia emocional, el movimiento y la interacción corporal tienen como
objetivo disolver las defensas del carácter y generar cambios en los patrones
relacionales disfuncionales (Lowen, 1958).
La psicoterapia de Análisis Bioenergético como una forma
específica de psicoterapia corporal
se basa en la continuidad entre el cuerpo y la mente. Sus raíces se encuentran
en el trabajo de Wilhelm Reich, y
fue inicialmente creada por Alexander
Lowen en 1956, pero el abordaje
psicoterapéutico ha evolucionado, y actualmente ha incorporado las
últimas investigaciones en neurociencias acerca del impacto de los vínculos
tempranos en el desarrollo neuronal y en los trastornos del self, así como las aportaciones más
recientes de la teoría del apego.
El contexto histórico y los fundamentos de la práctica
contemporánea del Análisis Bioenergético se exponen con más detalle en el punto
1 de este documento.
3. BASES CIENTÍFICAS DE LA PSICOTERAPIA DE ANÁLISIS
BIOENERGÉTICO
La psicoterapia de Análisis Bioenergético dispone, por
tanto, de un doble enfoque: enfoque psicodinámico y enfoque psicocorporal, cuya
evidencia científica revisamos brevemente a continuación.
3.1 ANÁLISIS DE EVIDENCIA DEL ENFOQUE
PSICODINÁMICO
La psicoterapia de Análisis Bioenergético se enmarca dentro
de las terapias psicodinámicas. Este tipo de terapias se caracterizan por poner
el foco en las experiencias que pueden haber interferido en el desarrollo
psicoafectivo de la persona, en sus relaciones interpersonales y figuras de
apego, en la afectividad y la expresión emocional (reconociendo la diferencia
entre insight emocional e
intelectual), patrones recurrentes, resistencias e importancia de la relación
terapéutica (Blagys y Hilsenroth, 2002; Burum y Goldfried, 2007; Gabbard, 2004;
McWilliams, 2004).
Una revisión que analiza la eficacia de la psicoterapia en
general, la psicoterapia psicodinámica y otras alternativas como la terapia
cognitiva o el uso de fármacos basándose en los resultados de metaanálisis
(Levy, Ablon y Kächele, 2012) estima y muestra un efecto grande de la
psicoterapia psicodinámica al analizar el tamaño del efecto estadístico
(diferencia entre los grupos de tratamiento y control, expresados en unidades
de desviación estándar) de los diferentes abordajes (>0.8 se considera un efecto grande en la investigación psicológica y
médica, y >0.5 un efecto moderado) (Abbass, Hancock, Henderson y Kisely,
2006; Abbass, Kisely y Kroenke 2009; De Maat, de Jonghe, Schoevers y Dekker,
2009; Leichsenring y Leibing, 2003;
Leichsenring, Rabung y Leibing, 2004; Messer y Abbass, 2010; Steinert, Munder,
Rabung, Hoyer y Leichsenring, 2017) (Tabla 1).
Tabla 1.
Eficacia de la psicoterapia en general, la psicoterapia psicodinámica y otras
alternativas como la terapia cognitiva conductual o el uso de fármacos.
Resultados de los tamaños de efecto de los metaanálisis con los diferentes
tratamientos.
Treatment type and reference |
Description
|
Effect size |
N of
studies or metaanalyses
|
General Psychotherapy Smith, Glass, and
Miller Various
therapies and disorders .85 475 studies Lipsey and Wilson Various
therapies and disorders .75a 18 metaanalyses Robinson et al. Various
therapies, for depression .73 37 studies |
|||
CBT and
related therapies Lipsey and Wilson CBT and behavior
therapy, various disorders
.62b 23 metaanalyses Haby et al. CBT
for depression, panic, and generalized anxiety .68 33 studies Churchill et al. CBT for
depression
1.0 20 studies Cuijpers
et al.
Behavioral activation for depression .87 16 studies Öst
Primarily for borderline personality disorder .58 13 studies |
|||
Antidepressant
medication Turner et al.
FDA-registered studies of antidepressants .31 74 studies Moncrieff et al. Tricyclic
antidepressants versus active placebo .17 9 studies |
|||
Psychodynamic
psychotherapy Abbass et al. Various
disorders, general symptom improvement .97 12 studies Leichsenring et al. Various disorders,
change in target problems
1.17 7 studies Anderson
and Lambert Various
disorders and outcomes
.85 9 studies Abbass, Kisely, and
Kroenke Somatic disorders,
change in psychiatric symptoms
.69 8 studies Messer and Abbass Personality
disorders, general symptom improvement
.91 7 studies Leichsenring and
Leibing Personality
disorders, pretreatment to post-treatment 1.46 14 studies Leichsenring and Rabung Long-term psychodynamic
psychotherapy versus
.65c 7 studies
shorter-term therapies for complex mental disorders, overall outcome de Maat et al. Long-term
psychoanalytic psychotherapy .78 10 studies |
|||
CBT: cognitive behavioural therapy a Median
effect size across 18 metaanalyses b Median
effect size across 23 metaanalyses c Pretreatment to post-treatment (within group) comparison |
Un tamaño del efecto de 1.0 significa que el promedio del
paciente tratado es una desviación estándar más saludable en la distribución
normal o curva de campana que el paciente no tratado promedio. Un tamaño de
efecto de .8 se considera un efecto grande en la investigación psicológica y
médica, un tamaño de efecto de .5 se considera un efecto moderado, y un tamaño
del efecto de .2 se considera un efecto pequeño. Los resultados no son
comparables porque proceden de estudios con características muy diferentes
(Tabla tomada de Levy et al.,
2012)
En 2015, una revisión
sistemática de 64 ensayos controlados randomizados publicada en la revista Lancet Psychiatry corroboró la eficacia
basada en la evidencia de la psicoterapia psicodinámica para la mayoría de los
trastornos mentales (Leichsenring et al., 2015). Otro importante metaanálisis publicado en 2017 que incluyó 23 estudios
controlados randomizados y un total de 2750 pacientes con diferentes patologías
(depresión, ansiedad, estrés postraumático, alteración de la personalidad,
trastornos de la conducta alimentaria, etc.) constató la equivalencia entre la
psicoterapia psicodinámica y otras tratamientos establecidos con eficacia
empírica demostrada, como la farmacoterapia o la terapia cognitivo-conductual
(TCC), excepto en la función psicosocial en la que la psicoterapia
psicodinámica reportó mejores resultados (Steinert, Munder, Rabung,
Hoyer, Leichsenring, 2017). También se ha
demostrado el importante papel de la psicoterapia psicodinámica en el abordaje
de enfermedades mentales complejas (Leichsenring y Rabung, 2008).
Destaca especialmente en estos
análisis el hallazgo recurrente de que los beneficios
de las intervenciones empleadas en la psicoterapia
psicodinámica no solo perduran, sino que aumentan con el tiempo, tal y como constatan al menos cinco
metaanálisis independientes (Abbass et al., 2006; 2009; de Maat et al.,
2009; Leichsenring et al.2004; Messer y
Abbass, 2010). En contraste, los beneficios de
otras terapias (no psicodinámicas) tienden a decaer con el tiempo para la
mayoría de trastornos comunes como la depresión, la ansiedad generalizada, etc.
(De Maat, Dekker, Schoevers y de Jonghe, 2006; Wester, Novotny y Thompson-Brenner 2004).
Esto podría relacionarse con el hecho de que este tipo de
psicoterapias, como la psicoterapia de Análisis Bioenergético, a diferencia de
otros enfoques, se dirigen no solo aliviar los síntomas, sino también a fomentar el desarrollo de las capacidades y
recursos de la persona a través de un proceso
de autorreflexión, autoexploración y autodescubrimiento que tiene lugar en el
contexto de un relación segura y auténtica entre terapeuta y paciente (Shedler,
2006).
En este contexto, la psicoterapia de Análisis
Bioenergético, al igual que otras psicoterapias psicodinámicas, tiene como
objetivo regular los estados emocionales,
no solo fortaleciendo el control
ejecutivo, sino a través de la resolución
de las interacciones negativas internalizadas (p. ej., relaciones
parentales conflictivas de la primera infancia) y de la representación negativa del yo y de los demás en las relaciones,
con la finalidad de producir así cambios
directos en la red neuronal reguladora y en las regiones de regulación
emocional implícita que están involucrados en el procesamiento
autorreferencial. Los estudios de
neuroimagen funcional (utilizando imágenes por resonancia magnética (RM),
tomografía computarizada por emisión de fotones (SPECT) o tomografía por
emisión de positrones (PET) más recientes han corroborado estos fundamentos
(Messina, Bianco, Cusinato, Calvo y Sambin, 2016; Marwood, Wise, Perkins y
Cleare, 2018), y los resultados de estos estudios avalan la importancia del
desarrollo de psicoterapias que, como la psicoterapia de Análisis
Bioenergético, permitan cambios a largo plazo y desarrollen una regulación de
la persona en todos los niveles: cognitivo,
emocional y físico o sensoriomotor (Tyng, Amin, Saad y Malik, 2017).
Por otro lado, cada día es más evidente que, en el
tratamiento de las enfermedades psiquiátricas, además de la eficacia para
llevar a cabo un abordaje óptimo, hay diferentes aspectos a considerar como el
perfil específico del paciente (edad, comorbilidades, etc.) o los posibles
efectos adversos del tratamiento, en los que las psicoterapias psicodinámica y cognitivo-conductual han demostrado ser eficaces y presentar además ciertas
ventajas (Cox et al., 2014; Cuijpers, van Straten, Avan Oppen y Andersson, 2008;
Dennis y Dowswell, 2013; Wilson, Mottram y Vassilas, 2008) y aumentan la
adherencia del paciente al tratamiento (Wilson, Mottram y Vassilas, 2008).
Por último, cabe mencionar que las directrices de las
publicaciones y guías internacionales más recientes (NICE, 2018) señalan la
importancia de un abordaje integral de los pacientes con enfermedades
psiquiátricas, abordaje en el que la administración de fármacos se proporciona
como parte de una intervención más compleja y cobran cada día más importancia
los diferentes enfoques psicoterapéuticos, entre los que destacan la terapia
cognitivo-conductual y la terapia psicodinámica (Carr, McKernan, Hillbrand, Hamlett,
2018). Cada día es también más evidente la importancia de que las psicoterapias
incluyan la integración corporal en el abordaje psicoterapéutico de los
pacientes (Winter et al., 2018), especialmente en determinadas patologías como
depresión, esquizofrenia, ansiedad, trauma y síndromes somatoformes, aspecto
que abordamos en el siguiente apartado.
3.2 ANÁLISIS DE EVIDENCIA DEL ENFOQUE
PSICOCORPORAL
En la psicoterapia de Análisis Bioenergético el enfoque corporal o Body Psychotherapy (BPT) es especialmente importante, porque
permite un acceso directo a las
estructuras neuronales donde se almacenan muchos tipos de información
relevante, sobre todo mecanismos neuronales del desarrollo temprano, que no se
produce en otras psicoterapias (Damasio y Carvalho, 2013). La psicoterapia
tendrá un efecto duradero en
proporción al grado en el que el cambio del paciente halle expresión no sólo en
su comportamiento y pensamiento, sino también en su cuerpo (Lowen, 1980, 1981;
Mahr; 2001; Koemeda-Lutz, 2002).
Hoy en día, el término “psicoterapia corporal” engloba
psicoterapias que incluyen el cuerpo como recurso en el proceso terapéutico y
utilizan explícitamente técnicas corporales para fortalecer el desarrollo del
diálogo entre el paciente y el psicoterapeuta acerca de lo que se está
experimentando y percibiendo (Fallon-Cyr, 2002). La
BPT se centra en la experiencia corporal, la conciencia sensorial, el
movimiento y la expresión emocional dentro de la interacción en la relación
terapéutica (Heller, 2012; Röhricht Gallagher, Geuter y Hutto, 2014). Una revisión sobre la psicoterapia corporal
dentro de las terapias psicológicas (Loew, Tritt, Lahmann y Rohricht, 2006) definió la BPT como un procedimiento estandarizado
sustentado por un marco psicoterapéutico general y basado en la unidad del
cuerpo y de la mente (Röhricht, 2009).
La European
Association for Body Psychotherapy (EABP) subraya que la formación en este
tipo de psicoterapia incluye un fuerte componente de psicoterapia, un modelo de
desarrollo, una hipótesis sobre los orígenes de las perturbaciones y problemas,
y una gran variedad de técnicas diagnósticas y terapéuticas en el marco de la
relación terapéutica (EABP, http://eabp.org/about-definition-body-psychotherapist.php,
2019). En los últimos años las publicaciones científicas sobre psicoterapia
corporal han crecido exponencialmente, cada vez son más los trabajos publicados
que avalan su eficacia en el abordaje de diferentes psicopatologías, y sus
resultados se correlacionan con los últimos avances de las investigaciones en
biología, neurofisiología, psicología del desarrollo y estudios perinatales
(EABP, http://eabp.org/about-definition-body-psychotherapist.php, 2019.).
Las psicoterapias corporales se desarrollaron a partir de
los acercamientos psicodinámicos (Marlock y Weiss, 2006) en los que se
incorporaron tratamientos y enfoques específicos. Algunos de los supuestos
básicos de los abordajes de psicoterapia corporal, entre los que figura la
psicoterapia de Análisis Bioenergético, definidos por la European Association for Body Psychotherapy (EABP, www.eabp.org) y que la diferencian de otros tipos
de psicoterapia, incluyen:
- El
cuerpo como componente fundamental
y, por tanto, considerado explícitamente en los tratamientos psicoterapéuticos.
- Integración
y evolución de los procesos somáticos y
psíquicos. Estos procesos interaccionan entre sí y pueden ser observados,
medidos e influidos desde diferentes niveles.
- Valoración
de que, desde un punto de vista de psicología evolutiva, hay una fase preverbal extensa que precede a la
comunicación verbal.
- La
certeza de que el procesamiento y comunicación de la información mediante
procesos cognitivos y el habla solo constituyen una parte de todos los procesos
implicados.
- La
posibilidad de acceder a los recuerdos, así como a otra información
inconsciente, y hacerla consciente mediante estimulación sensorial, afectiva y motora.
- La
salud y la vitalidad consisten en un adecuado equilibrio y autorregulación no solo a nivel mental, sino fisiológico y
emocional.
- Las técnicas de psicoterapia corporal se caracterizan por incorporar:
a) intervenciones no verbales, b) intervenciones sobre el comportamiento, c) contacto físico, d) diagnósticos que consideran también información no verbal (p. ej. visual), y e) objetivos psicosomáticos en la terapia.
Psicoterapia corporal y neurobiología
Sobre la base de los últimos avances en neurobiología, el
cuerpo ha de incluirse sistemáticamente en los tratamientos psicoterapéuticos,
ya que el abordaje exclusivamente cognitivo solo consigue actuar sobre una
pequeña parte del cerebro. Las implicaciones de la investigación en
neurobiología para la psicoterapia corporal resaltan el papel especial de las
emociones como dispositivos automatizados que, mediante las intervenciones
corporales, permiten que el paciente desarrolle nuevos tipos de reacciones.
La psicoterapia corporal toma en consideración el que las
experiencias que encontramos en la vida se procesan normalmente en tres
niveles: cognitivo, emocional, y físico o sensoriomotor (Ogden y Minton, 2000;
Fallon-Cyr, 2002) y, como consecuencia, hay que tener en cuenta los mismos tres
niveles involucrados en los enfoques terapéuticos con objeto de procesar una
experiencia para favorecer su procesamiento e integración y permitir la
reconsolidación de la memoria emocional (Forcato, Rodríguez, Pedreira y Maldonado,
2010).
En los procesos traumáticos la mente desarrolla mecanismos
para anular las señales del cuerpo como resultado de los eventos abrumadores,
disminuyendo así la capacidad de estas señales como guías para la acción. Ogden
(2002) propone que la mente puede ser reentrenada mediante psicoterapia
corporal, disminuyendo “los efectos deletéreos de dicha experiencia traumática
en los 'marcadores somáticos'”. En su investigación sobre el trauma, Ogden
sugiere que es necesario procesar primero en el nivel sensoriomotor, para que
el trabajo en los niveles cognitivo y emocional pueda ocurrir sin verse
comprometido por respuestas no procesadas ante el evento traumático, respuestas
conocidas como de "secuestro". El procesamiento y seguimiento de los
movimientos corporales sutiles y de las sensaciones pueden resultar en un
cambio emocional y una nueva percepción cognitiva (Damasio, 1989; Ogden, Pain,
Minton y Fisher, 2005). La psicoterapia
de Análisis Bioenergético, según la tradición fundada por Wilhelm Reich y
Alexander Lowen, ofrece una gama de
técnicas relevantes a este nivel.
Evidencia científica de la psicoterapia corporal (incluido el Análisis Bioenergético)
Para validar este tipo de abordaje, un documento de
revisión publicado en 2014 (Bloch-Atefi y Smith, 2014) identificó un total de
siete revisiones sistemáticas y metaanálisis (Allmer Ventegodt, Kandel y
Merrick, 2009; Röhricht, 2009; Ventegodt y Merrick, 2009; Young 2008, 2011) y
un total de diez ensayos controlados aleatorizados (Chan et al., 2012a, 2012b,
2013; Gordon, Staples, Blyta, Bytyqi y Wilson, 2008; Lahman, Loew, Tritt y
Nickel, 2008, Lahman et al. 2009, 2010; Levy, Sandell y Sandahl, 2009; Röhricht
y Priebe, 2006; Röhricht, Papadopoulos y Priebe, 2013) que demostraban que las
intervenciones de psicoterapia orientadas al cuerpo son eficaces en la mejoría
física, mental, sexual y de calidad de vida en personas con trastornos
psicológicos, así como en la prevención del suicidio. Estas intervenciones
ofrecen herramientas psicoterapéuticas adicionales en áreas donde las
psicoterapias y tratamientos tradicionales son menos efectivos, como trastornos
somatoformes, trastorno de estrés postraumático (TEPT), anorexia nerviosa y
esquizofrenia (Röhricht, 2009). También se ha demostrado en otros ensayos
clínicos aleatorizados (ECA) su eficacia en trauma y depresión crónica.
Se han publicado numerosos estudios y metaanálisis en
patologías concretas como la depresión
(Karkou, Aithal, Zubala y Meekums, 2019; Little, Kligler,
Homel, Belisle y Merrell, 2009; Röhricht, 2000, 2009; Röhricht et al., 2013;
Stewart, McMullen y Rubin, 2004; Winter et al., 2018; ). Stewart et al. (2004)
llevaron a cabo un estudio experimental aleatorizado sobre terapia del
movimiento en una muestra de pacientes deprimidos que concluye que la terapia
tuvo un efecto positivo en el estado de ánimo. Little et al. (2009)
describieron cambios positivos en los síntomas depresivos y medidas de bienestar
de los pacientes tratados con un "enfoque multimodal de terapia de grupo
cuerpo/mente". Posteriormente, en 2013,
un estudio randomizado en el que se aleatorizó a pacientes con depresión
crónica (más de dos años) para recibir una psicoterapia corporal (20 sesiones
durante 10 semanas), la cual incluyó técnicas de grounding, técnicas de expresión emocional motora, ejercicios de
demarcación del self y modulación
afectiva de los pacientes, constató que los
pacientes en el grupo de BPT mostraban niveles significativamente más bajos de
síntomas depresivos según la escala Hamilton
Rating Scale for Depression (HAM-D) que el
grupo no tratado con estas terapias (diferencia media: 8.7; 95% IC 1.0–16.7).
Más recientemente, un estudio aleatorizado en pacientes con depresión crónica
ha encontrado que el tratamiento con psicoterapia corporal, empleando
herramientas comunes en Análisis Bioenergético como el grounding, reduce en escalas validadas los síntomas de la depresión
y mejora la autoestima (Winter et al., 2018), lo que algunos autores
relacionan con la actuación dirigida tanto a nivel físico (estímulo y respuesta
motora), como a nivel cognitivo y emocional. En este estudio se constató
también una disminución de la insatisfacción
corporal, junto con un aumento de la calidad de vida y de la importancia de la
interpretación del yo corporal. Existen también evidencias de la
superioridad de la psicoterapia corporal frente al tratamiento convencional en
el abordaje de la ansiedad (Levy et
al., 2009).
Los síntomas negativos de la esquizofrenia, con
difícil tratamiento y cuyo abordaje ha reportado pocos avances con la terapia
tradicional, mejoran significativamente cuando se implementa psicoterapia
corporal, tal y como demuestran varios ensayos controlados aleatorizados
(Martin, Koch, Hirjak y Fuchs, 2016; Röhricht et al., 2009; Röhricht y Priebe,
2006; Savill et al., 2017), cuyos datos se han confirmado en estudios de la
práctica clínica real. Mediante la integración de
técnicas de conciencia sensorial y movimiento, la BPT focaliza las alteraciones
de la imagen corporal central en estos pacientes (pérdida de frontera,
desconexión) y amplía el rango de comportamientos receptivos, expresivos y
comunicativos (movimiento y habla) disminuyendo la retirada emocional
(Röhricht, Papadopoulos, Holden, Clarke y Priebe , 2011). De hecho, el National
Institute for Health and Care Excellence (NICE 2009, 2014), en una revisión
de las estrategias de tratamiento en esquizofrenia que incluían BPT, señaló que
estas terapias eran el único tipo de tratamiento que demostraba una mejoría
clara y consistente en los síntomas negativos, aunque se precisaba confirmación
en más estudios.
En los síndromes
somatoformes, la estrategia de intervención con psicoterapia corporal, como
el Análisis Bioenergético, presenta características de activación e
intervenciones particularmente eficaces en este tipo de pacientes y ha
demostrado el mayor grado de evidencia dentro del rango de tratamientos
disponibles (Henningsen, Zipfel, Sattel y Creed, 2018; Röhricht, Sattel, Kuhn y
Lahmann, 2019; Van Dessel et al., 2014).
Respecto al trauma,
la psicoterapia corporal constituye uno de los esfuerzos clínicos fundamentales
para ayudar a las personas a superar el adormecimiento emocional y el cierre
afectivo centrándose en ayudar a la persona traumatizada a salir de su estado
de desconexión y poder sentir una gama completa de emociones, especialmente el
placer y la alegría (Etter, Gauthier, McDade-Montez, Cloitre y Carlson, 2013;
Frewen, Dean y Lanius, 2012). Dado que la experiencia emocional subjetiva
parece estar basada en la percepción de sensaciones físicas y estados
corporales resultantes de las influencias endocrinas, autónomas,
musculoesqueléticas y vestibulares (Barrett, Mesquita, Ochsner y Gross, 2007;
Damasio, 1999), el mapeo de las sensaciones físicas corporales relacionadas con
emociones específicas a través del uso de la exploración corporal puede ser
útil para ayudar a estas personas a identificar qué sentimientos y emociones
experimentan, lo que les permite superar los síntomas de entumecimiento
emocional y apagado. Un apoyo adicional para este último enfoque se deriva de
un estudio intercultural publicado en 2014, que demostró mapas específicos de
sensaciones corporales en asociación con la experiencia de diferentes emociones
(Nummenmaa, Glerean, Hari y Hietanen, 2014). Partiendo de las investigaciones
propuestas por LeDoux, se plantea la idea de que nuestro cerebro registra,
almacena y revive el significado emocional de las situaciones traumáticas en la
zona de la amígdala, mientras que el procesamiento cognitivo consciente ocurre
en otras áreas, tales como el hipocampo y neocórtex. De esta forma, se ha visto
que las respuestas que fueron instauradas mediante el registro emocional y
pueden dispararse sin participación de sistemas de procesamiento cognitivo,
pueden mejorar mediante la aplicación de técnicas experienciales o corporales.
Diferencias con otras técnicas corporales
No debe confundirse la psicoterapia de Análisis
Bioenergético con el trabajo corporal en algunas medicinas alternativas, o con
las terapias corporales que buscan mejorar la salud física a través del trabajo
directo (tacto y manipulación) en el cuerpo, porque, a pesar del hecho de que
algunas técnicas de trabajo corporal (por ejemplo, la Técnica Alexander, el
Rolfing y el método Feldenkrais) también pueden afectar las emociones, estas
técnicas no están diseñadas para trabajar con problemas psicológicos, ni sus
practicantes están capacitados para ello.
Conclusión
De todo lo expuesto en este apartado podemos concluir que
las bases metodológicas (psicoterapia psicodinámica y psicoterapia corporal) en
las que se apoya la psicoterapia de Análisis Bioenergético se fundamentan sobre
mecanismos neurobiológicos y presentan un nivel de evidencia (1a) demostrado en
diferentes metaanálisis y ECAs.
4. EVIDENCIA CIENTÍFICA DE LA PSICOTERAPIA DE ANÁLISIS
BIOENERGÉTICO
Metodología de
trabajo
Como indicábamos en la introducción, para valorar la
evidencia científica publicada específicamente en psicoterapia de Análisis
Bioenergético, se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica dirigida a
“Bioenergetic analysis” y “Psychotherapy” utilizando el operador booleano
'AND'. Las bases de datos buscadas incluyeron PubMed, PsycINFO y Psychology
Database. Estas bases de datos fueron seleccionadas para incluir una amplia
búsqueda de la literatura. Se excluyeron los estudios basados en metodología
poco sólida o estudios narrativos y se clasificaron teniendo en cuenta: fecha
de publicación, idioma y tipo de estudio (ensayo clínico aleatorizado, estudios
controlados sin aleatorización, estudios de cohorte, estudios de casos y
controles, series de casos, opinión de expertos con base en estudios de
fisiología). Para unificar los criterios sobre la valoración de la evidencia
planteamos seguir los niveles de calidad de la evidencia (CEBM) (Tabla 2)
Tabla 2.
Niveles de calidad de la evidencia (CEBM) [Oxford Centre for Evidence-Based
Medicine (CEBM)-Levels of Evidence (March 2009).
Disponible en: http://www.cebm.net/oxford-centre-evidence-based-medicine-levels-evidence-march-2009/
Nivel de
evidencia |
Tipo de
estudio |
1ª |
Revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados, con
homogeneidad. |
1b |
Ensayo clínico aleatorizado con intervalo de confianza
estrecho. |
1c |
Práctica clínica (“todos o ninguno”) (*) |
2ª |
Revisión sistemática de estudios de cohortes, con
homogeneidad. |
2b |
Estudio de cohortes o ensayo clínico aleatorizado de baja
calidad (**) |
2c |
Outcomes
research(***), estudios ecológicos. |
3ª |
Revisión sistemática de estudios de casos y controles, con
homogeneidad |
3b |
Estudio de casos y controles. |
4 |
Serie de casos o estudios de cohortes y de casos y
controles de baja calidad (****) |
5 |
Opinión de expertos sin valoración crítica explícita, o
basados en la fisiología, bench
research o first principles(*****)
|
Se debe añadir un signo menos (-) para indicar que el nivel de evidencia
no es concluyente si:
• Ensayo clínico aleatorizado con intervalo de confianza
amplio y no estadísticamente significativo.
• Revisión sistemática con heterogeneidad
estadísticamente significativa.
(*) Cuando todos los pacientes mueren antes de que un determinado
tratamiento esté disponible, y con él algunos pacientes sobreviven, o bien
cuando algunos pacientes morían antes de su disponibilidad, y con él no muere
ninguno.
(**) Por ejemplo, con seguimiento inferior al 80%.
(***) El término “outcomes research” hace referencia a estudios de
cohortes de pacientes con el mismo diagnóstico en los que se relacionan los
eventos que suceden con las medidas terapéuticas que reciben. (****) Estudio de
cohortes: sin clara definición de los grupos comparados y/o sin medición
objetiva de las exposiciones y eventos (preferentemente ciega) y/o sin
identificar o controlar adecuadamente variables de confusión conocidas y/o sin
seguimiento completo y suficientemente prolongado. Estudio de casos y
controles:
sin clara definición de los grupos comparados y/o sin medición objetiva
de las exposiciones y eventos (preferentemente ciega) y/o sin identificar o
controlar adecuadamente variables de confusión conocidas. (*****) El término
“first principles” hace referencia a la adopción de determinada práctica
clínica basada en principios fisiopatológicos
4.1 ESTUDIOS CUANTITATIVOS
Resultados de “Case Reports” y series de casos
Los primeros estudios científicos publicados sobre
psicoterapia de Análisis Bioenergético (AB) son estudios de casos aislados de pacientes afectados
por diferentes patologías como depresión crónica, alteraciones somáticas,
traumas de la etapa preverbal o de la temprana infancia, trauma de guerra,
estrés emocional o social y alteraciones alimenticias (Amstutz, 1992; Dunne,
Bruggen, O´Briann, 1982; Eckberg, 1999; Hepke, 1989; Mahr,. 1991; Ventling,
2002). En 2008, se publicó también una serie de casos de tres pacientes
tratados con psicoterapia de Análisis Bioenergético con un periodo de
seguimiento de dos años, y en los que se constató una mejoría de síntomas
psíquicos y físicos al final del tratamiento (Levin y Mead, 2008).
Estos trabajos encuentran que la psicoterapia de Análisis
Bioenergético es útil en diferentes patologías, pero para poder extrapolarlos y
generalizar su uso son necesarios estudios de mayor grado de evidencia.
Eficacia de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético en función del diagnóstico (DSM-IIIR) y efecto a largo plazo
La primera investigación a gran escala llevada a cabo con
psicoterapia de Análisis Bioenergético fue realizada por Gudat, en 1997. Se trató de una investigación
longitudinal con valoración pre- y post-tratamiento de un total de 309 casos
tratados con psicoterapia de Análisis Bioenergético entre los años 1989 y 1993.
Este estudio consideró exclusivamente tratamientos realizados por Terapeutas
Bioenergéticos Certificados (CBTs del Instituto Internacional de Análisis
Bioenergético, Nueva York, Director A. Lowen) o por terapeutas con una
certificación equivalente. Los terapeutas participantes se comprometieron a
registrar todos los casos de psicoterapia de Análisis Bioenergético completados
durante el período indicado y recogieron los siguientes datos: datos
sociodemográficos, diagnóstico de acuerdo con el DSM-III-R, diagnóstico
estructural, datos sobre la extensión
y el curso del tratamiento, valoración terapéutica del efecto del tratamiento y
Cuestionario de Cambio sobre Experiencia
y Comportamiento (VEV, Zielke y Kopf-Mehnert, 1978). Se llevó también a cabo una valoración global del
tratamiento, estratificado en función de la puntuación en la Escala de Evaluación Global de
Funcionamiento (GAF – Global
Assessment of Functioning Scale) del DSM-III-R.
Los resultados del Cuestionario
de Cambio sobre Experiencia y Comportamiento (VEV) mostraron una puntuación
media de cambio de 230,83 puntos, lo cual está bastante por encima del límite
crítico para una mejoría muy significativa (considerando un error de medida del
5%, el coeficiente crítico para una mejoría significativa estaría en los 187
puntos, y para una mejoría significativa a nivel del 0,1%, en 200 puntos).
Estos datos de eficacia en el VEV con psicoterapia de Análisis Bioenergético
fueron superiores a los publicados en otros estudios centrados en otras
psicoterapias que habían utilizado el mismo método de valoración de eficacia
–terapia cognitivo-conductual, intervención centrada en el paciente,
intervenciones psicopedagógicas, etc.– (Görgen, 1994; Grawe, Caspar y Ambuehl,
1990; Zielke, 1993), aunque hay que tener en cuenta que las poblaciones
analizadas no son comparables.
La diferencia media en la escala GAF al inicio y final del
tratamiento fue de 17,0 puntos, con un porcentaje
de remisión (proporción de pacientes para los cuales los criterios del
DSM-III-R no eran aplicables al final de la terapia) del 59,4%. Además, 86,3%
de la muestra total fueron clasificados como mejoría. Cuando se estratificó en
función de la capacidad funcional GAF, el grupo con los trastornos más graves
(con una puntuación GAF baja), consiguió una media de cambio VEV de 273,15,
mostrando un resultado significativamente mejor que el obtenido en el grupo de
trastornos más leves (VEV: 224,93; p< 0,028).
También se valoró la eficacia de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético sobre los diferentes diagnósticos DSM-III-R de la
muestra. Los pacientes con diagnóstico de neurosis alcanzaron una cuota de
mejoría del 90,1% y una remisión del 69,9%, indicando que más de dos tercios
fueron clasificados como remitidos, un resultado significativamente más alto
que el del grupo de control (p<0,01). En pacientes con diagnóstico de
trastorno de personalidad, la remisión fue significativa (29,9%; p<0,01),
particularmente en pacientes con trastorno esquizoide. Los pacientes con
síndromes psicosomáticos mostraron una mejoría significativa en la escala GAF
(53,86; p<0,05) y la tasa de mejoría sintomática en este grupo fue
especialmente elevada (92,0%). No se reportó ningún efecto negativo de la
terapia (Gudat et al., 2002).
Eficacia de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético con cuestionario específico y efecto a largo plazo
Un trabajo de Ventling y Gerhard (2000) evaluó
específicamente el modo de trabajar a nivel corporal de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético desarrollando un cuestionario específico. Para ello, un
total de 16 terapeutas de Análisis Bioenergético (6 de ellos médicos y 10
psicólogos), todos miembros de la Sociedad Suiza de Análisis Bioenergético y
Terapia (SGBAT), proporcionaron bajo petición una serie de datos sobre 319
pacientes que habían terminado sus terapias (de 6 meses a 6 años antes) después
de un mínimo de 20 sesiones. Se construyó un cuestionario de autoevaluación que
incluyó preguntas relacionadas con la condición psíquica y física, problemas
interpersonales y psicosomáticos, y con el efecto del trabajo corporal en la
conciencia física, los conocimientos cognitivos y los cambios de la calidad de
vida. En cuanto a la eficacia de la psicoterapia de Análisis Bioenergético, el
análisis estadístico de los cuestionarios mostró cambios significativos en
todas las áreas cuestionadas. El trabajo corporal de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético fue valorado como importante e indispensable por
aproximadamente la mitad de los pacientes. En cuanto a la estabilidad del
resultado terapéutico, 107 pacientes indicaron que después de la terapia habían
sentido una condición estable o incluso mejorada. De los 35 pacientes que desde
la finalización de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético habían optado por someterse a más terapia, 16
optaron de nuevo por una psicoterapia orientada al cuerpo. Este estudio corrobora
por tanto la eficacia de la psicoterapia de Análisis Bioenergético y que los
cambios positivos en los pacientes se mantienen a largo plazo (de 6 meses a 6
años después del tratamiento) (Ventling y Gerhard, 2000).
Eficacia de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético en función del diagnóstico ICD-10 y grado de satisfacción de los
pacientes
En 2006, se publicó un estudio para
analizar de forma retrospectiva si la eficacia del AB dependía del diagnóstico
ICD-10. Para ello, se empleó el cuestionario validado SymptomChecklist SCL-90-R (Ventling, Bertschi y Gerhard, 2006). Un total de 8 psicoterapeutas formados
en Análisis Bioenergético (4 de ellos médicos y 4 psicólogos), todos miembros
de la Sociedad Suiza de Análisis Bioenergético y Terapia (SGBAT), recopilaron
datos de 103 pacientes que habían terminado sus terapias después de un mínimo
de 20 sesiones y que se clasificaron según la ICD-10: 28 pacientes en el grupo
F3 (trastornos afectivos), 55 pacientes en el grupo F4 (trastornos
somatomorfos, incapacidad para soportar la presión, alteraciones fóbicas (F40),
ansiedad generalizada o trastornos ansiosos sin estímulo definido (F42),
trastornos de adaptación (F43), trastornos de ejecución o depresión de larga
duración) y 20 en el F6 (trastornos de personalidad) (Ventling, 2002).
En este estudio, la eficacia de la
psicoterapia de Análisis Bioenergético se valoró retrospectivamente mediante
dos cuestionarios en pacientes que habían concluido la terapia. El primer
cuestionario fue el SCL-90-R, que se modificó para permitir la valoración de
los síntomas al inicio y al final del tratamiento. El SCL-90-R fue desarrollado
por Derogatis (Franke, 2002) y es usado frecuentemente para valorar el patrón
de síntomas psicológicos del paciente, incluyendo las dimensiones de
somatización, sensibilidad interpersonal, depresión, ansiedad, hostilidad,
ansiedad fóbica, ideación paranoide, psicoticismo y patrón obsesivocompulsivo.
El segundo cuestionario (Questionnaire
about General Satisfaction with the Therapy- FATZ) fue un cuestionario
autodirigido que incluyó preguntas para valorar la calidad del trabajo
terapéutico, el trabajo corporal, la relación con el terapeuta y la forma de
trabajo del terapeuta según una escala Likert.
De los 103 pacientes contactados,
el 46,6% devolvió el cuestionario completado, con una proporción de mujeres a
hombre de 3:1. La media de sesiones terapéuticas fue de 106 horas (rango 20-334
horas) en las mujeres y 148 (rango 22-748 horas) en los hombres.
Los resultados mostraron que la
psicoterapia de Análisis Bioenergético reducía significativamente los síntomas
reportados en el SCL-90-R en los tres grupos. El análisis de las escalas
individuales del SCL-90-R indicó una reducción alta o muy alta de los síntomas
e independiente del grupo analizado. El grupo con trastorno de la personalidad
fue el que presentó el nivel más alto de síntomas negativos antes de la terapia
y el que presentó mayor reducción de síntomas negativos una vez terminada la
terapia. (Tabla 3)
Tabla 3.
Resultados del SCL-90-R en el total de la muestra y en cada uno de los grupos
según el diagnóstico ICD-10 analizados (F3, F4, F6)
|
TOTAL |
|
F3 |
|
F6 |
|
F7 |
|
Síntomas |
M diff |
P |
M diff |
p |
M diff |
P |
M diff |
P |
Somatización
|
0,0231 |
0,003 |
0,0141 |
0,277 |
0,0163 |
0,135 |
0,0454 |
0,007 |
Obsesivo-
compulsivo |
0,5826 |
0,0001 |
0,5900 |
0,030 |
0,5064 |
0,0001 |
0,7417 |
0,002 |
Sensibilidad
interpersonal |
0,8747 |
0,0001 |
1,0254 |
0,005 |
0,7409 |
0,0001 |
1,0382 |
0,001 |
Depresión
|
0,8568 |
0,0001 |
1,0263 |
0,004 |
0,7472 |
0,0001 |
0,9593 |
0,001 |
Ansiedad |
0,5792 |
0,0001 |
0,7000 |
0,023 |
0,4226 |
0,0001 |
0,8176 |
0,006 |
Hostilidad
|
0,6847 |
0,0001 |
0,7500 |
0,006 |
0,5397 |
0,0001 |
0,9444 |
0,009 |
Ansiedad Fóbica |
0,3591 |
0,0001 |
0,5429 |
0,035 |
0,2399 |
0,002 |
0,4643 |
0,008 |
Ideación paranoide |
0,6701 |
0,0001 |
0,8500 |
0,017 |
0,6218 |
0,0001 |
0,6250 |
0,025 |
Psicosis |
0,4986 |
0,0001 |
0,6800 |
0,032 |
0,3987 |
0,0001 |
0,5639 |
0,004 |
Los resultados en el Questionnaire
about General Satisfaction with the Therapy - FATZ muestran que todos los
grupos presentan una satisfacción alta o muy alta con el tratamiento. La
calidad de la terapia se consideró satisfactoria en el 90% de los casos (buena
o muy buena) y el 97,5% recomendaría a su terapeuta. El 85% consideró que pudo hablar
abiertamente con su terapeuta y el 92% consideró que el terapeuta entendió los
problemas adecuadamente. También señalan satisfacción respecto al trabajo
corporal experimentado. Aquellas personas que reportaron nuevos insights a través del trabajo corporal
mostraron una reducción significativa de los síntomas desencadenantes en el
SCL-90 (T=-2,470; p<0,018). De los 48 pacientes, 32 (66,6%) iniciaron la
terapia con un objetivo concreto. De estos, el 43,8% señalaron haber conseguido
el objetivo completamente, el 50% parcialmente y tan solo 2 pacientes (6,25%)
negaron haber conseguido el objetivo. Sin embargo, en la escala de síntomas
SCL-90 los pacientes con un objetivo concreto no reportaron diferencias
significativas respecto a la mejoría sintomática en relación a los pacientes
que no acudieron a terapia con un objetivo concreto (T=0,644; p<0,523).
Evaluación de la eficacia de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético frente a otras psicoterapias psicocorporales
Un aspecto importante a evaluar es
la eficacia de la psicoterapia de Análisis Bioenergético en estudios
comparativos con otros abordajes. Los resultados de dos estudios cuantitativos
que comparan la psicoterapia de Análisis Bioenergético frente a otros abordajes
psicoterapéuticos, muestra que la psicoterapia de Análisis Bioenergético es una
terapia validada y presenta una eficacia similar a la de otras
psicoterapias.
El primero de ellos es un estudio prospectivo multicéntrico
que evaluó la eficacia de diferentes tratamientos de psicoterapia en entornos
ambulatorios. En dicho estudio participaron tres institutos alemanes y 5 suizos
miembros de la Asociación Europea de Psicoterapia Corporal (la EABP, que cuenta
38 institutos miembros) y los últimos eran además miembros de la Schweizer Charta für Psychotherapie.
Entre las terapias psicocorporales analizadas se incluyó el Análisis
Bioenergético. Para la valoración se emplearon cuestionarios validados (Beck Anxiety Inventory
(BAI), Beck Depression Inventory (BDI) y Symptom Checklist – Global
Severity Index (SCLGSI), IIP: Inventory
for the Inquiry of Interpersonal Problems – Global Score, BL: List of Psychosomatic Complaints y SWE: Selbstwirksamkeitserwartung
(Expectativas de autoeficacia) que se administraron al inicio, después de 6
meses y al final del tratamiento (durante un máximo de dos años). También se
valoraron los cambios en la vida de los pacientes desde el inicio de la terapia
en dominios como trabajo, familia, obligaciones domésticas, bienestar somático
y tiempo libre.
En total participaron en el estudio un
total de 124 terapeutas pertenecientes a los distintos institutos,
interviniendo una media de 16 terapeutas por instituto (Institute for Integrative Body Psychotherapy, Biodynamic Psychology, Integrative
Hakomi Experiential Psychotherapy, Unitive
Psychology, Client-Centred Verbal and
Body Psychotherapy- GFK, International
Institute for Biosynthesis- IIBS, Swiss
Institute for Body-Oriented Psychotherapy y Swiss Society for
Bioenergetic Analysis and Therapy - SGBAT).
Cada terapeuta incluyó una media de
tres pacientes en el estudio. Los pacientes tratados con psicoterapia corporal
(n=342 participantes en el estudio) no difirieron de otros pacientes tratados
en psicoterapia ambulatoria respecto a datos sociodemográficos, nivel de
deterioro y psicopatología basal, y presentaron iguales características dentro
del mismo rango que otros estudios de psicoterapia ambulatoria.
Las evaluaciones diagnósticas
fueron realizadas por terapeutas de acuerdo con los criterios de la ICD-10. En
el 79% de los casos los pacientes fueron asignados a una única categoría de
diagnóstico primario. Los diagnósticos primarios se combinaron en categorías
más grandes. Estas categorías fueron un 41,2% de estrés neurótico y trastornos
somatotróficos (F4), 28,9% trastornos afectivos (F3) y el 12,9% de trastornos
de la personalidad y el comportamiento (F6). Las categorías F5, F1 y F2 se
clasificaron sólo en el 8,2%, 1,5% y 0,3% de los casos, respectivamente. Según
los cuestionarios utilizados en este estudio, un 40,6% de los pacientes
presentaron problemas de autoeficacia y un 88% alteraciones psicosomáticas con
diferencias significativas en todas las medidas respecto a los controles (4,26
< t < 29,55; p < 0,0001).
Los resultados hallaron que,
después de seis meses de tratamiento (n=253), los pacientes mostraban una
mejora significativa con tamaños de efecto pequeños (0,2-0,5) a moderados
(0,50,8), según la categorización de Cohen. Al final del tratamiento o después
de dos años de tratamiento máximo (n=160) la mejoría fue aún mayor y se
demostró un efecto grande (>0,8) en todas las escalas analizadas, excepto en
la de autoeficacia que mostró un efecto de 0,41 ( Tabla 4).
Tabla 4:
Comparación de medias y tamaños del efecto (effect size) al inicio, después de
6 meses y al final de la terapia en las diferentes escalas consideradas
Cuestionario |
Inicio N=342 |
6 meses (effect size) N=253 |
2 años (effect size) N=160 |
p |
IIP-Ges (+) |
12,16 |
10,3 (0,5) |
8,36 (0,9) |
<0,0001 |
SCL-GSI (+) |
10,7 |
7,6 (0,56) |
5,32 (0,96) |
<0,0001 |
BAI |
20,22 |
13,9 (0,52) |
10,66 (0,8) |
<0,0001 |
BDI |
16,15 |
10,7 (0,59) |
7,3 (0,93) |
<0,0001 |
BL |
31,48 |
25,6 (0,54) |
20,49 (0,93) |
<0,0001 |
SWE |
24,18 |
26,4 (0,29) |
28,13 (0,41) |
<0,0001 |
En los dos años, el 41% de los pacientes mejoraron la
sintomatología hasta un mismo nivel que los controles. La modalidad de tratamiento psicoterapéutico no tuvo influencia
significativa sobre los resultados. Sin embargo, la influencia de la duración de la terapia fue altamente
significativa en todos los casos (17,07 <FZeit< 72,28; p<0,0001).
Además, los datos de análisis a largo plazo demostraron que estos tratamientos
presentaban una eficacia sostenida en el tiempo (Tabla 5) (Koemeda-Lutz et al.,
2006).
Tabla 5.
Frecuencia de síntomas clínicos relevantes en cada una de las escalas al
inicio, a los 6 meses, a los dos años y en el seguimiento al año
Cuestionario |
Inicio N=342 |
6 meses (effect size) N=253 |
2 años (effect size) N=160 |
Seguimiento (1 año) |
IIP (stanines>7) |
29% |
23% |
10% |
8% |
BAI > 11 |
70% |
53% |
41% |
38% |
BDI > 18 |
35% |
17% |
5,8% |
19% |
BL |
88% |
23% |
34% |
46% |
Eficacia de la psicoterapia corporal (incluye
el Análisis Bioenergético) versus otras psicoterapias con otros enfoques
Otro estudio prospectivo publicado en 2016 (Tschuschke et
al., 2014) valoró la eficacia de 10 tipos diferentes de psicoterapias
(psicoterapia de Análisis Bioenergético, psicoanálisis, psicoterapia
sistémica, análisis transaccional, psicoterapia Gestalt) en 237 pacientes. El
enfoque de tratamiento de los terapeutas (utilizando las cuatro orientaciones
teóricas principales) fue valorado mediante un modelo lineal mixto de efectos
aleatorios frente a los tests estandarizados para valorar la eficacia de dichos
tratamientos (BSI-GSI, BDI-II, y OQ-45.2). Se valoraron también otras variables
independientes como la gravedad de los problemas psicológicos de los pacientes
al entrar en terapia; la experiencia profesional de los terapeutas; la alianza
terapéutica, y las interacciones entre algunas de estas variables. El número
medio de sesiones fue de 43. Todas las sesiones de terapia con todos los
pacientes inscritos en el estudio se grabaron en audio, y las intervenciones
técnicas de los terapeutas fueron clasificadas objetivamente (PAPS RM) para
investigar el grado de adherencia al tratamiento de los terapeutas (Tschuschke
et al., 2014).
El nivel de eficacia de la psicoterapia de Análisis Bioenergético fue
semejante al de otros estudios dentro del campo y no se observaron diferencias
significativas en función del tipo de psicoterapia. El diagnóstico fue
evaluado por expertos externos empleando diferentes escalas validadas (SKID,
OPD, Global Assessment Functioning Scale
– Axes I, II, and V, DSMIV). El 40,1% de los pacientes presentaban
trastornos afectivos, el 23,2% trastornos ansiosos, el 16,5% trastornos de
regulación y el 8,4% otro tipo de enfermedad. Los pacientes dentro del primer
cuartil de gravedad psicológica al inicio del tratamiento (0% – 25%)
presentaron un tamaño de efecto del 2%, el tamaño del efecto aumentó al 8%
cuando los problemas de los pacientes estaban dentro del segundo cuartil (26% -
50%), de nuevo el tamaño del efecto aumentó al 14% cuando los problemas
psicológicos estaban dentro del tercer cuartil (51% - 75%), y finalmente
aumentó a 17% cuando la gravedad de los problemas psicológicos de los pacientes
estaba dentro del cuarto cuartil (76% - 100%). El impacto de los terapeutas en
el resultado del tratamiento aumentó en general con la gravedad de los
problemas psicológicos de los pacientes y los terapeutas más eficaces mostraron
incluso mejores resultados de eficacia con pacientes con niveles más altos de
gravedad psicológica (variables "agrupación de eficacia de los
terapeutas" y "cuartiles de gravedad psicológica"; Χ 13.073 df
3; p <004) (Berglar et al., 2016). También se comprobó que los tratamientos
psicoterapéuticos eran eficaces en el abordaje de patología psicológica crónica
y sin cronificar, aunque el tratamiento en fase inicial de la enfermedad
favorecía la completa remisión sintomática de los pacientes (Tschunske, von Wyl
y Crameri, 2018).
Importancia de diferentes factores (alianza
terapéutica, actitud del terapeuta, gravedad del paciente, formación del
terapeuta, sexo del terapeuta y el paciente) como predictores de eficacia en la
psicoterapia de Análisis Bioenergético
Basándose en datos del proyecto promovido por la Schweizer Charta für Psychotherapie, y
con el objetivo de investigar diversos aspectos de los procesos y resultados de
los tratamientos de psicoterapia ambulatoria, entre los que se incluyó la
psicoterapia de Análisis Bioenergético, se han llevado a cabo varios estudios
que constatan la efectividad de dicha psicoterapia y analizan los posibles
factores implicados.
En el estudio observacional llevado a cabo por Tschuschke
et al. (2015), se analizaron 262 sesiones de psicoterapia grabadas en audio
(extraídas aleatoriamente de 81 terapias individuales de ocho enfoques de
psicoterapia diferentes, entre los que se incluyó la psicoterapia de Análisis
Bioenergético) y se clasificaron respecto a la adherencia al tratamiento
utilizando un manual de calificación. En las sesiones de terapia, se encontró
un porcentaje relativamente bajo de intervenciones específicas de cada tratamiento
(que oscilan entre el 4,2% y el 27,8%) para los diferentes enfoques, entre el
50% y el 73% de las intervenciones eran inespecíficos o comunes, y
aproximadamente entre el 18% y el 27% eran técnicas de intervención de otros
enfoques (Tschuschke et al., 2015). Un subanálisis de este estudio muestra que
la frecuencia de las intervenciones específicas para el tipo de psicoterapia de
los terapeutas fue significativamente más alto en las sesiones de psicoterapia
de Análisis Bioenergético, sesiones psicoanalíticas y sistémicas, en
comparación con la frecuencia de aplicación de tales intervenciones específicas
en sesiones de análisis transaccional y psicoterapia Gestalt (tBA(1; 135) a
7,63; p< 0,01; tPA(1; 135) a 12,95; p<0,01; tSYST(1; 135) a 10,24; p<
0,01). Las sesiones de psicoterapia de Análisis Bioenergético incorporaron la
experiencia somática y la respiración como intervenciones importantes
(Koemeda-Lutz et al., 2016).
Los distintos tipos de psicoterapia diferían muy
significativamente en los niveles de adherencia al tratamiento. No hubo una asociación estadísticamente
significativa entre el tipo de psicoterapia y su resultado, obteniéndose
resultados parecidos con las diferentes orientaciones, o entre el grado de
fidelidad del tratamiento de los terapeutas y el resultado del tratamiento. Sin
embargo, hubo asociaciones
significativas entre el grado de
experiencia profesional de los terapeutas, la carga psicológica inicial de los pacientes y la respuesta al
tratamiento. Cabe señalar que la clasificación clínica de los pacientes puede
ser más o menos precisa en función del test empleado (Crameri et al., 2016). La
gravedad de los problemas psicológicos de los pacientes antes del tratamiento
predijo la calidad de la alianza terapéutica, mientras que la adherencia al
tratamiento de los terapeutas fue predicha por la experiencia profesional de
los terapeutas y por la calidad de la alianza terapéutica. Este estudio plantea
la importancia aparentemente indirecta de la adherencia al tratamiento para el
resultado de la psicoterapia, similar a los hallazgos de otros estudios, y el
contexto del papel de las escuelas dentro de la psicoterapia (Tschuschke et al.
2015). Aspectos como el género, tanto de terapeutas como de pacientes, no
desempeñaron un papel crucial en ningún tipo de psicoterapia investigada. Las
cuestiones de género parecían desempeñar un papel indirecto. Las terapeutas
femeninas intervienen más empáticamente (Tschuschke, Koemeda-Lutz y Schlegel, 2014) mientras que los terapeutas
masculinos tienden a usar técnicas más confrontativas (Staczan et al., 2017).
Otro estudio de práctica clínica real corroboró que muchos terapeutas de otras
escuelas incorporan diferentes prácticas corporales en sus tratamientos, y que
hoy en día la práctica de cada orientación psicoterapéutica se asocia fundamentalmente
con determinadas actitudes del terapeuta más que con prácticas específicas
(Crameri, Tschuschke, Koemeda, Schulthess y von Wyl, 2019). Estos resultados
sobre la importancia de las actitudes y el funcionamiento interpersonal, estilo
de apego y autoconcepto de los terapeutas ha sido corroborado para otros tipos
de psicoterapias (Lingiardi, Muzi, Tanzilli y Carone, 2018).
Se valoró científicamente también si la alianza
psicoterapeuta-paciente podían determinar dichos resultados. Para ello se
diseñó un estudio con la base de datos de la Schweizer Charta für Psychotherapie que incluyó 260 pacientes
ambulatorios tratados con psicoterapia de Análisis Bioenergético y otras
psicoterapias, y se determinó el valor predictivo del Helping Alliance Questionnaire (HAQ) con diferentes modelos de
regresión en los que se controló la puntuación del Outcome Questionnaire-45 (OQ-45). En este trabajo de investigación
se presentó una técnica de análisis de sensibilidad basada en la comprobación
predictiva posterior, que tuvo en cuenta el concepto de significación clínica
utilizado en la evaluación de los cambios intraindividuales. Las mediciones
repetidas del HAQ y el OQ-45 analizados con imputación múltiple demostró
mejorar la precisión de las estimaciones de los resultados en evaluaciones de
control de calidad y estudios de eficacia no aleatorizados en el campo de los
pacientes ambulatorios en psicoterapia. Las calificaciones del HAQ del paciente
y del terapeuta mejoraron significativamente el valor predictivo del monitoreo
rutinario de los resultados basado en el OQ-45. (Crameri, von Wyl, Koemeda-Lutz, Schulthess y Tschuschke, 2015).
Los
resultados indicaron que la calidad inicial de la alianza con el paciente puede
predecir la mejoría general, mientras que la calificación inicial suministrada
por el terapeuta puede predecir la interrupción decidida por el paciente. Otros
estudios que incluyen psicoterapia de Análisis Bioenergético valoran la
evolución de la alianza terapéutica mediante diferentes métodos (Penn Alliance Rating Method (Penn), Vanderbilt Psychotherapy Process Scale
(VPPS), o Therapeutic Alliance Rating
System (TARS)) y demuestran una variación temporal significativa de las
dimensiones analizadas en las puntuaciones combinadas paciente/terapeuta
(Bachelor y Salamé, 2000).
Evaluación de la aplicación de la Análisis
Bioenergético en patologías o poblaciones específicas
Eficacia
de la psicoterapia de Análisis Bioenergético en el tratamiento de síndromes
somatoformes
La psicoterapia de
Análisis Bioenergético ha demostrado ser efectiva en patologías donde los
tratamientos tradicionales muestran eficacia limitada. En concreto, un ensayo
aleatorizado, prospectivo y controlado de 6 semanas de duración analizó la
eficacia de la psicoterapia de Análisis Bioenergético en el tratamiento de los
trastornos somatoformes crónicos. Este estudio incluyó un total de 128
pacientes: 64 fueron asignados aleatoriamente a trabajo psicocorporal de
acuerdo con el Análisis Bioenergético, y 64 participaron en ejercicios
gimnásticos. Para valorar la eficacia se emplearon el Symptom Checklist (SCL-90-R) y el State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI). De acuerdo con el
principio de intención de tratar, el grupo tratado con psicoterapia de Análisis
Bioenergético logró resultados de tratamiento significativamente mejores en la
mayoría de las escalas SCL-90-R y STAXI que el grupo tratado con ejercicios gimnásticos.
La psicoterapia de Análisis Bioenergético mejoró los síntomas de somatización,
inseguridad social, depresión, ansiedad y hostilidad en la terapia hospitalaria
de sujetos con trastornos somatoformes crónicos. Los autores concluyen que esta
mejoría podría explicarse por la reducción del nivel de ira y la reducción de
la dirección de la ira hacia adentro, con un aumento simultáneo de la expresión
emocional externa espontánea obtenida con el tratamiento (Nickel et al., 2006).
Varias revisiones sistemáticas (Sumathipala, 2007; Koelen
et al., 2014; van Dessel et al., 2014) que hacen una valoración de los ensayos
publicados sobre tratamientos para personas con este tipo de síndromes
consideran un alto nivel de evidencia para el tratamiento con psicoterapia de
Análisis Bioenergético.
Eficacia
de la psicoterapia de Análisis Bioenergético en el tratamiento de pacientes
poliadictos
También se ha valorado la eficacia de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético en problemas de adicción. Un estudio aleatorizado
analizó la eficacia de 24 sesiones de psicoterapia de AB en 39 pacientes
poliadictos frente al tratamiento de psicoterapia tradicional (verbal) o ningún
tratamiento y su impacto sobre la imagen corporal y parámetros de autoconcepto.
Se emplearon el Jourard-Secord Body
Cathexis Scale, el Fisher's Body
Prominence Instrument, y el Secord
Word Homonym Test para valorar los cambios en la imagen corporal, y el Tennessee SelfConcept Scale y el Jourard-Secord Self-Cathexis Index para
valorar el cambio del autoconcepto antes y después del tratamiento. Este
estudio incluyó también la valoración de estos tests en 20 personas sin
problemas de adicción. Los resultados de este estudio mostraron que la
intervención basada en psicoterapia de Análisis Bioenergético produjo una
mejora significativa en todos los tests de valoración de imagen corporal y
autoconcepto frente a la psicoterapia (verbal) y el grupo control. La
psicoterapia verbal mejoró también significativamente dichos parámetros, aunque
en menor medida que la psicoterapia de Análisis Bioenergético (Dajalali, 2014).
Evaluación
de la intervención con ejercicios de Análisis Bioenergético sobre parámetros
fisiológicos y de estrés en pacientes sanos
Dentro de la psicoterapia de Análisis Bioenergético se
utilizan algunos abordajes corporales específicos, que permiten intervenciones
directas sobre el cuerpo. El análisis del efecto de estos abordajes corporales
específicos de Análisis Bioenergético sobre diferentes marcadores fisiológicos,
hormonales y psicológicos, así como su impacto sobre el estrés físico, mental y
de rendimiento se llevó a cabo en un estudio controlado en adultos practicantes
de deporte. En este estudio se utilizó un enfoque de método mixto, combinando
un cuestionario cualitativo administrado antes y después de la intervención y
comparándolo con un grupo control y un estudio longitudinal. El programa tuvo
una duración total de ocho semanas con reuniones de grupo semanales (ocho reuniones
totales - 2 meses) en las que se enseñaron y practicaron diversos tipos de
ejercicios de Análisis Bioenergético, junto con otras técnicas corporales-
técnicas de yoga y atención plena. Se pidió a los participantes que repitieran
esos mismos ejercicios todos los días en casa y durante su entrenamiento
deportivo (antes o después), rellenando un diario de su entrenamiento.
Al analizar el efecto de la intervención basada en
ejercicios de Análisis Bioenergético al final del programa se observó una
mejoría de las condiciones generales de salud, del estado de ánimo, y de
algunos parámetros importantes (frecuencia cardiaca, VO2 máximo, fuerza
aeróbica) y un menor riesgo de lesiones. Respecto a los marcadores fisiológicos
se obtuvo una reducción de los niveles de cortisol, mejora de los resultados en
la espirometría, disminución de la rigidez articular (hombros, cuerpo, piernas),
mejora en POMS (Perfil de Estados de Ánimo – McNair et al., 1971), mejora en
todas las dimensiones del PGWBI (índice de bienestar general psicológico). El
75% de los participantes percibieron cambios en su enfoque del entrenamiento y
competición, en su nivel de bienestar individual y en su capacidad mental para
manejar las emociones. El 100% de los participantes aumentó su mejor tiempo
personal durante sus competiciones. El 62,5% registró una mayor capacidad para
gestionar mejor la fatiga y una mejora en el rendimiento individual. No se
registraron lesiones en los seis meses siguientes a la capacitación. (Zoni,
2017).
Los resultados de este estudio
demuestran que la aplicación de técnicas de Análisis Bioenergético junto a
otras terapias corporales mejora parámetros fisiológicos y de estrés en
población sana.
En la tabla 6 aparecen resumidos
los resultados de los principales estudios cuantitativos centrados en la
terapia de Análisis Bioenergético y su nivel de evidencia científica.
Tabla 6: Principales estudios cuantitativos centrados en psicoterapia de Análisis Bioenergético
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
Zoni, 2017 |
ECA |
Población sana (deportistas) |
Programa de Ejercicios de Análisis Bioenergético (AB) y otras prácticas psicocorporales (6
semanas) versus ejercicio físico |
POMS (Profile Of Mood States)
– McNair et al. 1971 PGWBI (Psychological General Well Being Index) – Chassany et al. 2004 Spirometry test Heart rate
monitoring under strain IRI Test (Immediate Recovery heart rate Index) Salivary cortisol test Joint mobility test Strength
aerobic test – Cooper Test, 1968 |
Mejoría significativa de marcadores biológicos de estrés,
funcionamiento pulmonar y cardiaco, movilidad articular y bienestar
psicológico |
1B |
AB tiene impacto sobre marcadores biológicos |
Nickel et al. 2006 |
ECA |
Pacientes con síndrome somatoforme N=124 |
Psicoterapia de AB y Programa de Ejercicios de
Bioenergética (6 semanas) |
Escalas SCL-90-R y STAXI. Antes y después de 6 semanas |
Grupo de AB logró resultados de tratamiento
significativamente mejores en la mayoría de las escalas SCL-90-R y STAXI. |
1B |
AB eficaz en síndromes somatoformes |
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
Dajalali 1978 |
ECA |
Pacientes poliadictos (n=39) No adictos (n=25) |
Psicoterapia de AB vs. Psicoterapia (verbal) vs. No tratamiento (24 sesiones) |
Tennessee Self-Concept Scale, The Jourard-Secord
Body Self-Cathexis Indexes, Fisher's Body Prominence Instrument, The Secord Word Homonym Test |
Grupo tratado con psicoterapia bioenergética mejoría
significativa en todas las escalas frente a psicoterapia (verbal) y control
sin tratamiento . |
1B |
El abordaje psicosomático del AB muy superior al abordaje psicoterapéutico
exclusivamente |
Koemeda- Lutz y Peter 2002 |
Estudio cohortes longitudinal |
N=90 pacientes |
Psicoterapia de Análisis Bioenergético (una vez por semana) durante 2 años |
Validez estadística y eficacia en función de
la tipificación corporal de acuerdo con los tipos de caracteres de AB |
Cambios positivos en el nivel corporal como resultado de
la psicoterapia con AB |
2B |
|
Gudat 1997 |
Estudio cohortes longitudinal |
N=309 Neurosis N= 149 Trastorno de personalidad N=56 Trastorno psicosomático N=33 Otros N= 14 |
Psicoterapia de AB (media de 75 sesiones de 50 minutos) |
GAF antes y después de la terapia |
GAF 17 puntos Remisión 54,9% Mejoría 86,3% VEV 231 |
2B |
Muy efectivo en trastornos psicosomático, neurosis
depresiva, neurosis de ansiedad y trastorno de personalidad narcisista |
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
Gudat 2002 |
Estudio cohortes longitudinal (grupo comparador externo) |
N=90 |
Psicoterapia de AB |
Cuestionario
de Cambio sobre Experiencia y Comportamiento
(VEV) |
Cuestionario de Cambio sobre Experiencia y Comportamiento (VEV) 230,38 Trastorno grave 273,15 Trastorno leve 224,93 |
2B |
AB más efectivo en trastornos graves |
Ventling 2000, 2002 |
Estudio retrospectivo |
Pacientes con patología N=319 |
Psicoterapia de AB (mínimo 20 sesiones) |
Cuestionario de autoevaluación dirigido |
Mejoría postratamiento (6 meses-6 años) de dimensión
psíquica, física, problemas interpersonales y psicosomáticos. |
2B- |
El abordaje corporal mejora dimensión física, cognitiva y
la calidad de vida. |
Ventling 2006 |
Estudio retrospectivo |
N=103 pacientes
(clasificados según ICD-10) |
Psicoterapia de AB (mínimo 20 sesiones) |
Symptom Check-List (SCL-90-R) |
Disminución de todos los síntomas analizados en el SCL-90 en
los tres grupos de diagnóstico ICD-10 (F3,F4 y F6) |
2B |
La reducción sintomática no depende del diagnóstico
Importancia de la creación de nuevos “insigths” en el paciente |
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
Koemeda- Luzt et al., 2006 |
Estudio prospectivo multicéntrico controlado (6 institutos
de la European Association for Body Psychotherapy) |
Pacientes externos clasificados según el criterio
ICD10 |
Diferentes psicoterapias corporales (incluye AB) vs psicoterapia
estándar |
Escalas (BAI, BDI, SCL- 90-R, IIP-D) 6 meses y máximo dos años |
En todos
los test analizados (BAI, BDI, SCL- 90-R, IIP-D) los pacientes mostraron
mejoría significativa frente a los controles (4.26 < t < 29.55; p < 0.0001) |
2B |
Los análisis estadísticos demuestran que no hay diferencia
entre las distintas psicoterapias y cuanto mayor duración de la terapia psicocorporal mejores resultados |
Berglar et al., 2016 |
Estudio prospectivo |
N=279 Desórdenes afectivos (40,1%), ansiosos (23,2%) de regulación (16,5%)
otros (8,4%) |
Diferentes psicoterapias (incluye AB) |
BSI-GSI, BDI-II, y OQ- 45.2 (media de 43 sesiones) |
La psicoterapia de AB muestra eficacia similar a otras
psicoterapias No hubo diferencias significativas en los test evaluados en
función de la terapia |
2B |
Los análisis estadísticos demuestran que cuanto mayor
gravedad del paciente mayor eficacia de la psicoterapia |
Dunne et al. 1982 |
Estudio observacional |
Grupos de 12 adolescentes |
Análisis Bioenergético y terapia corporal 6 semanas |
Agresividad Autocuidado Autocontrol |
Reducción de la agresividad, mejoría de autocuidado y
autocontrol |
4 |
|
Levin et al. 2008 |
Serie de casos |
N=3 |
Psicoterapia de AB |
Seguimiento hasta 2 años |
Mejoría de síntomas físicos y psíquicos |
4 |
|
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Tschuschke et al. 2018 |
Serie de casos |
N=14 |
Psicoterapia de AB y otros tratamientos |
Global Severity Index (GSI) of the Brief Symptom Inventory (BSI) Symptom Check-List (SCL-90-R)
Outcome Questionnaire
(OQ-45.2) Beck’s Depression Inventory
(BDI-II) Luborsky’s Helping Alliance Questionnaire (HAQ)* Jacobsen and Truax’s Reliable Change Index (RCI). |
Eficaz en tratamiento de patología psicológica crónica y
sin cronificar |
4 |
El tratamiento en fase inicial de la enfermedad favorece la
completa remisión sintomática |
Bachelor y Salamé, 2000 |
Estudio longitudinal |
N=54 27 terapeutas (18% AB) 27 pacientes Problemas de ansiedad (38%), personalidad
(31%), psicosexuales (8%) interpersonales (23%). |
Psicoterapia de AB, humanista, psicodinámica |
Penn Alliance Rating Method
(Penn) Vanderbilt Psychotherapy Process Scale (VPPS) Therapeutic Alliance Rating System (TARS) |
8 de las
12 dimensiones demostraron variar con el tiempo (usando Bonferroniadjusted
significance level of 0.004 to counter familywise error) en las puntuaciones combinadas paciente terapeuta |
2B- |
|
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Tschuschke et al. 2014 |
Estudio observacional |
137 sesiones terapéuticas grabadas |
Métodos específicos de 5 tipos de psicoterapia
(análisis bioenergético, terapia sistémica, terapia gestalt, análisis
transaccional, y psicoanálisis) |
PAP-S RM. |
Los psicoterapeutas de Análisis Bioenergético y de Terapia Integrativa
corporal confían significativamente más a menudo en "intervenciones
relacionadas con el cuerpo" (usando análisis factorial) que los
psicoterapeutas de otras escuelas La
confiabilidad en el nivel de intervención tuvo un Cohen´s Kappa score de
0.68. |
2B |
Las psicoterapeutas femeninas usan
significativamen te más "Empatía" (categoría 31) y "Brindar apoyo" (categoría 46), |
Crameri et al., 2015 |
Estudio observacional |
260 pacientes ambulatorios |
Psicoterapia de AB y otros tratamientos |
Outcome Questionnaire- 45 (OQ-45) Helping Alliance Questionnaire (HAQ) |
HAQ ratings del paciente y del terapeuta podrían mejorar significativamente el valor predictivo del monitoreo
rutinario de los resultados basado en el OQ-45 en psicoterapia |
2B |
|
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Tschuschke et al. 2015 |
Estudio observacional |
262 sesiones de psicoterapia grabadas en audio (extraídas
aleatoriamente de 81 terapias individuales de ocho enfoques de psicoterapia
diferentes entre los que se incluyó psicoterapia de AB) |
Psicoterapia de AB y otros tratamientos de psicoterapia |
Correlación con variables tipo de terapia, alianza
terapéutica, adherencia, experiencia del terapeuta y gravedad del diagnóstico
del paciente |
No hubo diferencia estadísticamente significativa entre el
tipo de psicoterapia y sus resultados |
2B |
Asociaciones significativas entre el grado de experiencia
profesional de los terapeutas, la carga psicológica inicial del paciente y la respuesta al
tratamiento |
Crameri et al., 2016 |
Estudio observacional |
Datos pre y post de dos muestras de pacientes
hospitalizados (n=5711) y una muestra de pacientes ambulatorios (n=239) |
Psicoterapia de AB y otros tratamientos |
Outcome Questionnaire- 45 (OQ-45) vs. Brief Symptom Inventory (BSI) |
BSI fue más preciso que el OQ-45 al clasificar correctamente
la clínica de los sujetos |
2B |
En un entorno hospitalario, ambos cuestionarios tienen básicamente la misma sensibilidad al cambio.
|
Koemeda- Luzt et al., 2016 |
Estudio cohortes |
N=41 pacientes |
Psicoterapia de AB y otros tratamientos: psicoanálisis,
Gestalt, análisis |
The Structured Clinical Interview for DSM-IV (SCID I and II); Operationalized Psychodynamic |
La mayoría de los psicoterapeutas emplean técnicas comunes
a otras |
2B |
La experiencia psicosomática fue una intervención
diferencial en |
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
|
|
N=11 psicoterapeuta s |
transaccional y terapia sistémica |
Diagnostics (OPD) y Global Assessment of Functioning Scale (GAF Self-report questionnaires on depression (BDI),
overall symptoms (BSI, OQ-45) |
psicoterapias (67,3%) Frecuencia de intervenciones específicas significativamente
más alto en sesiones bioenergéticas, psicoanalíticas y sistémicas en
comparación con análisis transaccional y psicoterapia Gestalt (tBA(1; 135) a
7,63; p < 0. 01; tPA(1; 135) a 12,95; p <0. 01;; tSYST(1; 135) a 10,24;
p < 0. 01). |
|
psicoterapia de Análisis Bioenergético |
Starczan et al., 2017 |
Estudio cohortes |
10 tipos diferentes de psicoterapia, 237 pacientes y 68
terapeutas. Se analizó una submuestra de 116 casos con respecto a las |
Psicoterapia de Análisis bioenergético y otras
psicoterapias |
Variable sexo del paciente y terapeuta |
El género (terapeuta, paciente) no tiene efecto significativo en ningún
tipo de psicoterapia investigada |
2B |
Las terapeutas femeninas intervienen más empáticamente,
mientras que los terapeutas masculinos tienden a usar técnicas más
confrontativas |
Autor y
año |
Tipo de
estudio |
Población |
Intervención
|
Evaluaciones
(tiempo) |
Resultados
|
Nivel de
Evidencia |
Observaciones
|
|
|
intervenciones técnicas de los terapeutas. |
|
|
|
|
|
Crameri et al. 2019 |
Estudio observacional |
162 sesiones terapéuticas realizadas por 18 terapeutas
siguiendo 6 métodos diferentes (entre ellos psicoterapia de AB) |
Psicoterapia de Análisis bioenergético y otros tratamientos
|
Therapeutic Attitude Scales (TASC-2) Formación específica Correlación de actitudes terapéuticas
y formación específica en distintas terapias |
Las prácticas corporales se incluyen en otras terapias El 40% de los tipos de intervención analizados se asociaron
significativamente con al menos una de las nueve escalas de actitud del TASC-2 |
2B |
Las intervenciones que más se ajustan al método incluyen la psicoterapia de AB Importancia de la actitud del terapeuta |
4.2 ESTUDIOS CUALITATIVOS
Investigaciones teóricas: Diferenciación y
elaboración de conceptos básicos, sus aplicaciones específicas y posibles
conexiones con otras disciplinas científicas
Además de los estudios cuantitativos, la literatura de
Wilhelm Reich (1933), padre fundador y predecesor de la mayor parte de las
psicoterapias corporales contemporáneas, y la de Alexander Lowen (1958, 1967,
1975), fundador de la psicoterapia de Análisis Bioenergético e iniciador del
Instituto Internacional de Análisis Bioenergético, nos proporcionaron conceptos
que continuamente estimulan la reflexión, la crítica y posterior discusión e
investigación de la validez y posibilidades de aplicación práctica. Por ello,
muchos miembros del Instituto han sentido la necesidad y el deseo de expresar
sus puntos de vista o sus experiencias en forma de publicaciones. Estas se
hallan, en primer lugar, en revistas publicadas por las Sociedades Locales,
tales como el Forum der Bioenergetischen
Analyse (sociedades alemanas) o Körper
und Seele (sociedades suizas) y las equivalentes Le corps et l’analyse o Anima
e corpo (publicadas por las sociedades francesa e italiana). En la escala
internacional se publican las siguientes revistas: el Journal del International
Institute for Bioenergetic Analysis (IIBA), Energy and Character (International Journal of Biosynthesis -
Pre-and Perinatal Psychology - Somatic Psycotherapy), y el USA Body
Psychotherapy Journal (EABP – European
Association for Body Psychotherapy y USABP –
United States Association for Body Psychotherapy), por no mencionar la
posibilidad de publicar en revistas ya establecidas de varias sociedades
psicológicas o psiquiátricas. Mencionarlas todas iría más allá de los límites
de este documento.
Cada volumen de Körper
und Seele de la Sociedad Suiza de Análisis Bioenergético y Terapia está
dedicado a un tema específico y compara la psicoterapia de Análisis
Bioenergético con conceptos y resultados de investigación en psicología,
neurobiología, sociología, lingüística y medicina.
Algunas publicaciones han explorado áreas más amplias de
aplicación específica de la psicoterapia de Análisis Bioenergético (Ventling,
2002). Varios autores han tratado de conectar los descubrimientos
neurobiológicos a los conceptos y técnicas de la psicoterapia corporal
(Resneck-Sannes, 2002; Lewis, 2005; Koemeda-Lutz y Steinmann, 2004; Ventling,
2004) y se han suplementado las investigaciones teóricas (elaboración de
conceptos básicos) y clínicas (estudios de casos únicos – desarrollo de nuevas
técnicas, p. ej., Lowen y Lowen, 1977) con estudios empíricos cuantitativos.
Estudios en áreas concretas de
la psicoterapia de Análisis Bioenergético
Como complemento a esta cuestión general de la eficacia
global del método se han investigado varias áreas con más detalle:
Pruebas
de los “estilos de carácter”– un modelo psicosomático de la personalidad
Se han desarrollado numerosos trabajos empíricos sobre el
análisis bioenergético de los diferentes tipos de carácter (Berkowitz, 1977;
Dudas, 1980; Feldman, 1978; Glazer, 1985; Hebblewhite, 1986; Kernberg, 1976;
Scott, 1979; Shubs, 1983; Sonn, 1985; Tepperman, 1982) y varios estudios
europeos han validado su aplicación en psicoterapia (Fehr, 1998, 2000;
Koemeda-Lutz, 2002; Glazer et al., 2009). Fehr (1998) desarrolló un
cuestionario (Bioenergetische
Prozessanalyse, BPA) para evaluar los perfiles caracterológicos de los
pacientes y cómo cambian durante la terapia. Por computación de factores
analíticos, Fehr (2000, 2006) exploró la interrelación entre la caracterología
de la psicoterapia de Análisis Bioenergético y otras dimensiones de la
personalidad bien establecidas validando el modelo (Goldberg, 1990).
Investigación
de la validez de la “lectura corporal” como herramienta de diagnóstico
La lectura corporal ha sido una importante herramienta de
diagnóstico en la psicoterapia de Análisis Bioenergético (Lowen, 1958; Kurtz y
Prestera, 1976). Se llevó a cabo un primer estudio para verificar si terapeutas
experimentados pueden obtener información válida de la apariencia corporal de
sus pacientes (Koemeda-Lutz y Peter, 2001), y un segundo estudio para hacer
matizaciones sobre la “lectura corporal” realizada según los criterios en los
que se basan los terapeutas cuando la describen verbalmente (Koemeda-Lutz et
al., 2002). Los resultados muestran
que la tipificación corporal según los diferentes tipos de caracteres antes y
después del tratamiento de 90 pacientes en terapia de grupo centrada en
psicoterapia de Análisis Bioenergético durante 2 años (una vez por semana),
produjo cambios positivos a nivel psicocorporal como resultado de dicha
psicoterapia.
Investigación
del “grounding”
El concepto de grounding
fue desarrollado por Alexander Lowen (1993, 2006). Actualmente la psicoterapia de Análisis Bioenergético lo entiende en
términos del procesamiento cerebral de la información proveniente del cuerpo:
incluye varios aspectos o niveles importantes: verticalidad (contacto con el
suelo), contacto con la propia realidad física y capacidad de regulación
emocional a través de los mecanismos de contención y de descarga de los
impulsos (en las actividades de la vida, el movimiento y la sexualidad). Su
funcionalidad o disfuncionalidad afecta a la capacidad de entendimiento de uno
mismo y a la capacidad de conectar adecuada o inadecuadamente con los otros,
incluido el terapeuta (Clauer, 2011). Además, se refiere a los “procesos
energéticos y psíquicos mediante los cuales una persona percibe y comprende la
realidad” (Baum, 2011, p. 265). El grounding
es una herramienta de la psicoterapia de Análisis Bioenergético fundamental
para tratar aspectos de la pérdida de la realidad física y psicológica de la
persona en casos de pacientes con problemas de trauma, trastorno límite,
trastornos de la conducta alimentaria, etc. (Pierce et al., 2014; Röhricht et
al., 2013). Un estudio llevado a cabo en un grupo
de mujeres (53 a 71 años) en el que se llevaron a cabo técnicas bioenergéticas
de “grounding” durante 16 semanas (1hora 15 minutos cada sesión) demostró una
mejoría en el test proyectivo HTP, y en la valoración subjetiva de la calidad
de vida y la salud física, emocional y mental de las participantes. Para verificar
los efectos del trabajo en este grupo, consideramos algunas variables como
observación subjetiva de la postura, la movilidad física y la flexibilidad, la
calidad del contacto de las participantes consigo mismas y con sus colegas,
observando mejoras significativas entre la primera y la última sesión. A través
del test HTP, se evaluaron los cambios en otras variables indicativas y se
constataron un mayor contacto con la realidad, un mayor deseo de realización y
una vida de fantasía disminuida, una mayor vitalidad, agresividad y deseo
sexual. El análisis del test HTP reveló la aparición de contenidos de impulsos
inconscientes y el aumento de las defensas egoicas en algunos participantes que
indicaron una mayor madurez y un mayor equilibrio de la fuerza de los impulsos
que se movilizaron e incluso se facilitó su expresión en el grupo (Odile,
2005).
Evidencia de las psicoterapias centradas en abordaje del trauma
Otro aspecto importante y avalado científicamente es el
abordaje del trauma en la psicoterapia de Análisis Bioenergético. Un enfoque
pragmático de la evaluación psiquiátrica, que permita el reconocimiento de la
experiencia individual y que incluya la implementación de psicoterapias
específicas enfocadas al tratamiento del trauma, ha demostrado ser la forma más
eficaz de abordaje en este tipo de pacientes (Allsop, Read, Corcoran y
Kinderman, 2019) y las psicoterapias centradas en el trauma han demostrado ser
más eficaces que aquellas que no lo consideran –evidencia 1a– (Jonas et al.,
2013; Lambert y Alhassoon, 2015; Roberts et al., 2016).
En personas que han sufrido trauma, la conexión entre la
información de la mente y el cuerpo se ve afectada (Grabbe y Miller-Karas,
2018). Aquellas personas traumatizadas con menos resiliencia muestran, por un
lado, una menor atención a las señales corporales y, por otro, una mayor
activación ínsular y talámica ante las señales corporales aversivas, lo cual se
traduce en un desajuste entre la atención a las señales del cuerpo y el
procesamiento de los estímulos interoceptivos aferentes (Hasse et al., 2016; Horn
y Feder, 2018). En estos pacientes existe una fuerte evidencia neurocientífica
respecto a la importancia de un abordaje psicoterapéutico que incluya el cuerpo
(Corrigan y Hull, 2015) y que favorezca el desarrollo de mecanismos de
resiliencia. La evidencia, basada en investigaciones neurocientíficas, muestra
que un primer paso importante es restablecer la conexión cuerpo-mente mediante
la implementación de psicoterapias que favorezcan el procesamiento “de abajo a
arriba” (Martini, 2016). Además, una vez se establece la simbolización, se hace
posible la formación de representaciones internas de estados afectivos en la
mente (Willensen, 2014).
Esta evidencia está también sustentada por estudios
analíticos de los procesos epigenéticos durante el desarrollo cerebral temprano
que han demostrado funcionar como "interruptores de desarrollo" y que
contribuyen a la estabilidad de los efectos a largo plazo de las influencias
ambientales tempranas mediante la programación de mecanismos de
retroalimentación en el eje central HPA y otras redes neuronales (Lux et al.,
2018; Liu y Nusslock, R, 2018; Juruena, 2014; Weaver et al., 2004).
Neurobiología de la relación terapéutica
La investigación sobre la memoria demuestra que las
relaciones de apego tempranas se internalizan y codifican como recuerdos no
declarativos e implícitos (Amini, Lewis y Lannon, 1996, citado en Gabbard,
2000) que constituyen patrones relacionales activos a lo largo de la vida
adulta, incidiendo tanto en las relaciones asimétricas como simétricas (Bowlby,
1951; 1969; Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 1978).). La relación terapéutica
es una relación de apego posterior, potencialmente susceptible de reestructurar
la memoria implícita de los patrones de apego (Kandel, 1999) como demuestra el
trabajo del Boston Process of Change
Study Group I, generando momentos de significado que inducen cambios en la
conducta del paciente e incrementan su rango de estrategias procedimentales
para actuar y ser.
Según Siegel (citado en Wylie y Simon, 2004) la
neuromodularidad podría explicar cómo se producen estos cambios en la relación
terapéutica de tal forma que los prototipos almacenados en la memoria implícita
son modificados por las nuevas interacciones con el terapeuta internalizadas
por el paciente, así como por las nuevas experiencias de aprendizaje
significativo adquiridas a través del incremento de la función relacional.
Una segunda conexión entre la neurobiología del apego y los
procesos relacionales en psicoterapia se desprende de los hallazgos sobre las
zonas cerebrales que se desactivan cuando se activan los correlatos neuronales
del apego — analizadas mediante técnicas de neuroimagen (Bartels y Zeki,
2004).
El desarrollo de las
neurociencias ha permitido entender el proceso de cómo se construye y
moldea el cerebro en las experiencias tempranas y cómo la psicoterapia crea una
matriz interpersonal capaz de reconstruirlo. La experiencia se incorpora al
proceso de desarrollo formando redes neuronales estructurales y funcionales y
cambiando la estructura del cerebro. Hoy en día se han identificado diferentes
procesos neuronales que permiten modelar el cerebro (epigénesis, plasticidad
neuronal, neurogénesis, sistemas interactivos sobre emoción-memoriacognición,
neuronas espejo y attachment/bonding, priming) y que han permitido explicar los mecanismos de actuación de la psicoterapia en diferentes
patologías, algunos de los cuales
requieren de intervenciones que consideren la implicación del cuerpo como hace
el Análisis Bioenergético, como la reconsolidación de la memoria implícita
y el priming (Malhotra y Sahoo, 2017;
Schore, 2014). También hay un consenso cada vez mayor en que la psicoterapia
proporciona un tipo específico de aprendizaje en el contexto de una relación
emocional (la relación terapéutica) que conduce a modificaciones epigenéticas
en las que la relación terapéutica es el principal factor, independientemente
de las diferentes modalidades de tratamiento terapéutico (Jiménez et al.,
2018).
5. ANÁLISIS CRÍTICO DE LA EVIDENCIA
Hoy en día, valorar la evidencia científica de cualquier
abordaje psicoterapéutico se considera un gran reto dada la gran complejidad de
la relación psicoterapeuta-paciente, y muchas veces es difícil delimitar qué
estamos valorando exactamente.
En primer lugar, es importante delimitar cuales son los ingredientes activos de la terapia. Como
ya hemos explicado previamente, el
Análisis Bioenergético se enmarca dentro de las psicoterapias psicodinámicas,
cuya metodología y eficacia se ha demostrado en numerosas revisiones
sistemáticas y metaanálisis con un tamaño de efecto alto (Levy et al., 2012) y
cuya eficacia ha demostrado sostenerse a largo plazo. Esto pueda estar
probablemente asociado a que esta psicoterapia, a diferencia de otros enfoques,
ha demostrado no solo aliviar los síntomas, sino también fomentar el desarrollo
de las capacidades y recursos de la persona.
Otro ingrediente
importante de la psicoterapia de Análisis Bioenergético es su pertenencia a las
psicoterapias corporales, ya que integra
la observación de la estructura corporal, su identidad funcional y la
interacción mutua entre procesos mentales y expresiones somáticas, lo cual
ha demostrado tener un impacto relevante en patologías donde otras terapias
tradicionales no parecen ser efectivas (Röhricht et al., 2009) particularmente
en aquellas con clara implicación somática (síndromes somatoformes) o que se
producen en etapas tempranas del desarrollo y están registradas sin correlato
semántico.
Los resultados de los ensayos controlados randomizados que incorporan las técnicas de Análisis
Bioenergético han demostrado que estas prácticas psicocorporales
implementadas a corto plazo (6
semanas o 24 sesiones):
•
Mejoran los síntomas de somatización,
inseguridad social, depresión, ansiedad y hostilidad en la terapia hospitalaria
de sujetos con trastornos somatoformes crónicos (evidencia 1b)
•
Mejoran significativamente el autoconcepto y la
valoración de imagen corporal en pacientes poliadictos frente a la psicoterapia
(verbal) (evidencia 1b)
•
Mejoran los marcadores biológicos de estrés,
funcionamiento pulmonar y cardíaco, movilidad articular y bienestar psicológico
en pacientes sanos (evidencia 1b)
También se ha valorado la eficacia de la psicoterapia de
Análisis Bioenergético como psicoterapia efectiva en la práctica clínica diaria
de diferentes patologías psiquiátricas en tratamientos a largo plazo. Para ello, los Institutos y organismos promotores de
la investigación en esta área plantearon como mejor opción el desarrollo de
ensayos observacionales prospectivos con un diseño exhaustivo y una valoración
objetiva de la intervención terapéutica, lo cual permite valorar la efectividad
de esta terapia en la práctica clínica real (von Wyl et al., 2016).
Los resultados de los estudios analizados (ver Tabla 6) muestran que la psicoterapia de Análisis
Bioenergético:
•
Es muy
efectiva en trastornos psicosomáticos, neurosis depresiva, neurosis de
ansiedad y trastorno de personalidad narcisista (evidencia 2b) y más efectiva
aún en trastornos más graves (evidencia 2b)
•
Es eficaz
a largo plazo (de 6 meses a 6 años después del tratamiento) en trastornos
afectivos, alteraciones de la personalidad, trastornos somatoformes,
incapacidad para soportar la presión, alteraciones fóbicas, ansiedad
generalizada o trastornos ansiosos sin estímulo definido, trastornos de
adaptación, trastornos de ejecución o depresión de larga duración, y los
cambios positivos en los pacientes (evidencia 2b)
•
La psicoterapia de Análisis Bioenergético mejora
la dimensión física, cognitiva y la calidad de vida de los pacientes (evidencia
2b).
•
La efectividad de la psicoterapia de Análisis
Bioenergético aumenta con el tiempo de
tratamiento (evidencia 2b)
•
La efectividad con el tratamiento asociada a la creación de nuevos insights por parte del paciente resultan independientes del
diagnóstico (evidencia 2b)
• El nivel de efectividad (valorado con diferentes escalas BAI, BDI, SCL-90-R,
IIP-D, BSI-GSI, BDI-II, y OQ-45.2) es semejante al de otros modelos y no
se observan diferencias significativas en función del tipo de terapia (evidencia 2b)
•
Se demostraron asociaciones significativas entre
el grado de experiencia profesional
de los terapeutas, la carga psicológica
inicial del paciente y la respuesta al tratamiento (evidencia 2b).
•
Alto índice
de satisfacción con la psicoterapia de Análisis Bioenergético y una clara
mejoría sintomática (evidencia 2b).
Hasta la fecha, una de las mayores limitaciones en la
valoración de la evidencia de la psicoterapia de Análisis Bioenergético es la
escasez de ensayos clínicos controlados aleatorizados (ECA) publicados al
respecto, lo cual está claramente asociado a la dificultad y magnitud de este
tipo de estudios para valorar un proceso que supone un seguimiento controlado a
largo plazo, así como a las claras dificultades y limitaciones que presentan
los ECA en este campo (Thomae et al., 2006). Los ECA requieren en su diseño que
todas las demás variables de influencia posibles –con la excepción de una
independiente, en este caso, el tratamiento terapéutico utilizado– sean
"controladas", es decir, que se mantengan iguales en ambas
condiciones (grupo de intervención y de control) y que ninguna otra variable
que no sea la independiente pueda ser responsable del cambio psicoterapéutico
del paciente. Una persona tiene 168 horas de vida por semana, de las cuales una
o dos horas se dedican a la terapia. Esto significa que al menos durante 166
horas este paciente no está bajo control, sino que está expuesto a cientos de
situaciones y estímulos, experimenta eventos positivos o negativos de la vida,
todos los cuales influyen en él y en sus síntomas y, por tanto, cabría
cuestionarse qué es realmente “controlado” en tales estudios. En consecuencia,
los ECA son estudios que en el campo de la psicoterapia, sobre todo la
psicoterapia a largo plazo, resultan muy difíciles de realizar con rigor –por
esta dificultad de controlar todas las variables que están influyendo sobre el
paciente– y es posible que presenten una validez interna cuestionable.
Por otro lado, la dificultad para generalizar los datos
obtenidos en los ECA más allá de su contexto, y la extrapolación de estos
hallazgos a lo que sucederá en condiciones de la práctica habitual, van unidos
inexorablemente a las limitaciones de los ECA en su diseño y realización:
a) la exclusión
de pacientes con enfermedades asociadas y polimedicados que pueden ser factores
que alteren su efecto; b) la
exclusión de poblaciones especiales donde el grado de eficacia puede ser muy
diferente; c) el seguimiento estrecho
de los pacientes, lo cual facilita un alto grado de adherencia; d) el empleo de variables intermedias
para valorar su eficacia final a medio-largo plazo; e) la no evaluación de los resultados de los estudios por subgrupos
de pacientes; f) los investigadores
participantes, que no son una muestra representativa del colectivo de
psicoterapeutas del país, sino que normalmente son personas con una mayor
dedicación a la investigación, y g)
por regla general, los sujetos participantes en un ECA van a recibir una
monitorización más estrecha, lo que podría repercutir en los resultados que se
obtendrán del estudio (Rothwell et al., 1995). Por otro lado, los patrones de
trastornos complejos de los pacientes "normales" que aparecen en las
prácticas terapéuticas (comorbilidades) son y han sido excluidos de la
investigación de ECA, lo que limita además su validez externa.
También se ha constatado que, en la mayoría de los estudios
llevados a cabo dentro del campo de la psicoterapia no se especifican los
verdaderos “ingredientes de los tratamientos” terapéuticos, porque no
incorporan investigaciones de proceso para descubrir los mecanismos de cambio
realmente efectivos. Para poder evaluar todo esto, se requieren grabaciones
sistemáticas de las sesiones de terapia (grabaciones de audio o vídeo) y
procedimientos de medición de procesos y resultados reconocidos y validados, así
como asesores capacitados que puedan aplicar de forma objetiva y fiable los
procedimientos de la batería de resultados y también realizar valoraciones de
procesos (Tschuschke et al., 2014; 2015). De hecho, ensayos que evalúan una
terapia de un determinado método terapéutico como un "paquete", sin
analizar en profundidad las sesiones, no proporcionan necesariamente apoyo para
sus premisas teóricas o para las intervenciones específicas que derivan de
ellos. La evidencia disponible indica que los mecanismos de cambio en algunas
psicoterapias avaladas científicamente como la terapia cognitiva (TC) se han
analizado en algunos estudios y no son los que presumía la teoría y, de hecho,
demostraron estar más asociados a intervenciones de otras metodologías (Ablon y
Jones, 1998; Jones y Pulos, 1993; Kazdin et al., 2007).
En un intento por minimizar estas limitaciones, la medicina
basada en la evidencia pretende aunar la mejor evidencia disponible sobre la
eficacia de las distintas alternativas terapéuticas con la experiencia diaria
de los clínicos en la práctica médica rutinaria. Por ello, los Institutos y
Organismos promotores de la investigación en esta área plantearon como mejor
opción para la valoración de la psicoterapia de Análisis Bioenergético el
desarrollo de ensayos observacionales prospectivos con un diseño exhaustivo y
una valoración objetiva de la intervención terapéutica, lo cual permite valorar
la efectividad de esta terapia en la práctica clínica real (Guy, Thomas,
Stephenson y Loewenthal, 2012; von Wyl et al., 2016). Estos estudios están
complementados por ECA de las técnicas empleadas en psicoterapia de Análisis
Bioenergético, los cuales han demostrado el impacto positivo medido incluso en
marcadores biológicos de estrés, funcionamiento pulmonar y cardiaco y
constatados a corto plazo (6 semanas o 24 sesiones).
También en este
documento hemos proporcionado, en base a los estudios cualitativos
publicados, una visión general de la evidencia de la validación de los métodos
empleados en la psicoterapia de Análisis Bioenergético y de los estudios más
recientes respecto a las respuestas neuronales y de comportamiento a las
intervenciones empleadas, que permiten entender cómo pueden producir un cambio
terapéutico.
6. CONCLUSIONES
De todo lo expuesto puede concluirse que la psicoterapia de
Análisis Bioenergético proporciona formas de diagnosticar e intervenir
terapéuticamente utilizando métodos tanto psicológicos como somáticos, y que
sus diagnósticos aúnan conceptos psicodinámicos tradicionales y las
perspectivas psicoterapéuticas más contemporáneas avaladas por la ciencia
(teoría del apego y conceptualización revisada de mecanismos de defensa,
abordaje del trauma, vínculo en la relación terapéutica, teoría polivagal,
etc.), así como una perspectiva somática, que integra la observación de la
estructura corporal, su identidad funcional y la interacción mutua entre
procesos mentales y expresiones somáticas.
El objetivo de la psicoterapia de Análisis Bioenergético es
generar cambios estables a nivel psicológico y somático. La psicoterapia de
Análisis Bioenergético puede ser aplicable a una gran variedad de patologías y
puede ser particularmente útil para algunas patologías donde otras terapias
tradicionales no parecen ser efectivas (Röhricht et al., 2009), sobre todo en
aquellas con clara implicación somática (síndromes somatoformes) o que se
producen en etapas tempranas del desarrollo y están registradas en el sujeto
sin correlato semántico.
Además, en estudios de práctica clínica el abordaje
mediante psicoterapia de Análisis Bioenergético ha demostrado ser efectivo para
el tratamiento de diferentes patologías psicológicas con efectos sostenidos en
el tiempo, aunque los datos de eficacia en ECA son aún limitados dada su
difícil implementación en este campo (Sacristán et al., 1993). Otro aspecto
relevante de la psicoterapia de Análisis Bioenergético, al igual que lo
observado en otras psicoterapias con base psicodinámica, es la importancia del
vínculo psicoterapeuta-paciente como pieza fundamental de la intervención, lo
que favorece el grado de adherencia del paciente al tratamiento,
particularmente relevante en casos complejos donde el grado de abandono del
tratamiento es muy elevado.
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